No es un icono de la modernidad, más bien un símbolo de la gente humilde. Iniesta supo llevarnos con su gol ante Chile a octavos.
"...Desde muy pequeño siempre he tenido que sacrificarme, y eso es una buena inspiración, porque mi vida siempre ha sido una constante superación, día a día, para llegar a un objetivo. Esa es la mejor medicina para mí". (declaraciones del jugador en La Vanguardia, 20.06.10).
"La ilusión no nos la quita nadie", confiesa. Desde luego a Iniesta nadie le tumba. Un modelo de sacrificio poco valorado por los gurús. Pero no tardará en ser un referente.
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