Podría pasar por encima de muchas personas, ser caprichoso como una estrella del rock, hacer que sientan un temor irreverente hacia su persona…Pero no es prepotente y comparte con todos (hasta la felicidad más pequeña).
“La gente me ve como uno más”, dice Iniesta de si mismo. Y esa es su virtud: resultar cercano y familiar. Iniesta aunque no tenga carisma arrastra multitudes en la vida real (estadios de fútbol) y en la virtual (tiene 3.521.701 de seguidores en Facebook). "Hacer felices a millones de personas que siguen y sufren con la selección no tiene precio y eso me congratula. La felicidad de la gente no tiene precio", declara el autor del gol que dio la victoria a España frente a Holanda en la final del Mundial de Sudáfrica. “Sólo puedo decir que me siento muy feliz jugando a fútbol, haciendo mi trabajo y después de marcar un gol tan importante".
Iniesta cae bien por que además de sencillo, humilde, tímido y natural es un triunfador. Si hubiera errado el disparo contra Holanda otro gallo cantaría. Es consciente de que un día pasará al anonimato, mientras a disfrutar del Olimpo. Y cae bien porque todo el mundo lo ve como ese amigo que nunca te traicionaría y que te echaría una mano en tiempos tan difíciles como estos. Y encima es uno de los mejores jugadores del planeta. Para algunos el mejor, fuera del campo.
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