miércoles, 13 de junio de 2018

El ex ministro Màxim Huerta abría la puerta a la derecha


La rapidez de reflejos hace subir enteros al político que no titubea. Pedro Sánchez parece haber sentenciado a ese hazmerreir de las redes sociales que entró en su gobierno. La  anunciada dimisión/cese de Màxim Huerta, ex ministro de Cultura desde las 19:00 horas, le quita un pesado lastre a un gobierno de gente al parecer muy bien preparada y con ilusión. Su continuidad es un regalo para la derecha a la que con la máxima de “Y tú más…” le abre, el todavía ministro de Cultura, la puerta para regresar al poder.

Llama la atención que en un Gobierno en el que parecía que sus ministros tenían criterio personal, sólo se haya pronunciado de manera contundente, Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica. Preguntada sobre si Màxim Huerta, ministro de Cultura, debe dimitir tras publicarse en El Confidencial que defraudó a Hacienda 218.322 euros, Ribera ha dicho que "sería muy osado entrar en una cuestión que afecta a un colega del Consejo de Ministros. A quien corresponde responder esa pregunta es a él mismo y al presidente del Gobierno". La ministra, no obstante, ha dicho que "es una obligación de todos los ciudadanos cumplir con el sistema fiscal".

Màxim Huerta ya ha entrado en el comparador de los comportamientos anómalos y no deseados. Las cremas distraídas por Cristina Cifuentes y su falso master dispararon el termómetro de los escándalos. Pero quién se ha pasado por el forro a los ciudadanos que pagan religiosamente y, a veces con grandes esfuerzos, sus impuestos, ha elevado el listón de las conductas indecenes. Da lo mismo que Màxim Huerta esté en paz con Hacienda. Los filtradores del fisco no le han perdonado y han lanzado la primera pedrada a la frente de Pedro Sánchez.

“Esperamos con ansia que un gobierno socialista lidere fuerzas progresistas en España para reconectarse con las bases, reducir la desigualdad y apoyar a las víctimas de la austeridad”. Es el tuit de Jeremy Corbyn, el líder del partido laboralista británico, enviado al presidente  Pedro Sánchez.  


Màxim Huerta representa todo lo que no le gusta al buen ciudadano. 

La derecha se frotaba las manos. En la izquierda se quedaron perplejos. Pablo Iglesias parecía el justiciero solitario. 

Adiós,Màxim, tienes material para otra novela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario