¿Deberíamos cerrar esta ventana? ¿Poner puertas y candados? La luz huiría y quedaríamos en penumbra. Hay que dejar abierta la ventana aunque por ella entre también reptando la serpiente y suelte ese veneno que todo lo emponzoña. Aún no se ha descubierto un antídoto contra el mal, pero si se pueden tomar medidas para evitarlo. Al menos la Red se ha convertido en una trampa para los pedófilos. Lo malo es cuando el bien se transmuta en mal. Como ese párroco...
“Entrar al ciberespacio puede ser una señal de una auténtica búsqueda de encuentros personales con otros, siempre y cuando se preste atención a evitar peligros como encerrarse en una especie de existencia paralela, o de exponerse excesivamente en el mundo virtual“, son palabras de Benedicto XIV, ignorante de lo que hacía uno de sus sacerdotes.
Pero terminemos en positivo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario