Da rabia entregarte al cien por cien en tu cometido y no sólo que no te lo agradezcan, sino que encima te paguen con una patada.
Esto es lo que le ha ocurrido a Iker Casillas que tras recuperarse de una lesión ya no resulta imprescindible para el míster del Real Madrid y tampoco para su cómplice, el presidente Florentino. Entre Mou y Pérez le han hecho una pared a Iker que le llevará a una depresión en pocos días.
Nada se le puede reprochar al gran portero, pero he de agradecer al soberbio míster que nos lo haya puesto a Iker al nivel de todos los mortales. Ya más de uno se consuela cuando después de treinta años se ve en la calle: "A Iker también le han dejado en la estacada"...
Resulta que nos encontramos con una lección práctica de por dónde va este país cuando caemos en la cuenta de que ya ni se respeta la titularidad de un consagrado. ¿Qué pasaría si mañana se lesiona Rajoy, jugando al mus? Tal vez la Soraya, que sería presidenta en funciones, le espetaría: "Mariano nadie es imprescindible".
El efecto Iker puede ser muy contagioso. Por si acaso tenerlo bien aprendido: si os lesionáis en el trabajo, a tirar 'palante'. No cojáis la baja que acecha Mourinho. Es más temible que el blando del presidente de la CEOE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario