...Uno puede basarse en conjeturas o sospechas más o menos acertadas. Pero está tentado de claudicar ante la falta de evidencias o pruebas confirmatorias. De entrada psiquiatras y psicólogos siempre buscan un trastorno mental en el suicida antes que un problema laboral. Sin embargo varios profesionales españoles, desde profesores a médicos y enfermeras, coinciden en la revista Cuidados* en subrayar la relación entre las conductas suicidas y el desempleo. Aunque matizan que el riesgo atribuible al suicidio es sólo del 7,3%.; es decir, vienen a sugerir para nuestra tranquilidad que la situación de desempleo contribuye en una pequeña medida al desencadenamiento del acto suicida. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por médicos de la Facultad de Medicina de Wellington (Nueva Zelanda) aunque baja el riesgo atribuible al suicidio al 6%, pone de relieve como los desempleados triplican sus probabilidades de suicidarse. En Noruega, consideran entre los grupos con elevado riesgo de comportamiento suicida las personas desempleadas. Este es un caso no contemplado abiertamente en España. Pero menudean las pistas. Esta semana el sindicato vasco LAB denunciaba el aumento que se registra de casos de suicidio, depresión e infartos por el denominado "síndrome de la crisis" económica, que está generando un problema de salud en la clase trabajadora. Su secretaria general, Ainhoa Etxaide, y su responsable de Salud Laboral, Ibon Zubiela, han reclamado un "cambio" en las instituciones vascas y en sus responsables para hacer otras políticas de prevención y seguridad laboral, asegurando que tratar con las actuales es "darse contra una pared" porque "sistemáticamente" ignoran el problema y sus soluciones.A este llamamiento va unida esta reflexión del sociólogo Enrique Gil Calvo (El País/23/04/10): "al perder su trabajo, los varones se sienten desarraigados, desposeídos de su identidad pública y privados de una función social que ejercer, lo que les produce un difuso malestar que eleva su probabilidad de contraer enfermedades, a veces mortales".
En nuestro país varios ciudadanos se han quemado a lo bonzo por no encontrar trabajo. Todos eran inmigrantes y se les vio arder como teas ante la pantalla del televisor. En Internet tecleando ‘ciudadano rumano se quema a lo bonzo’, todavía se pueden ver las duras imágenes que dieron como noticia de impacto los informativos de todas las televisiones y que, desgraciadamente, han pasado a ser un divertimento para algunos ciberciudadanos. ‘Rumano a la parrilla’ titulaba un internauta tras colgar el video en el que se veía desnudo de cintura para arriba a Marian Mitrita rociarse con gasolina ante sus familiares. La dramática situación económica que le aquejaba fue el detonante. Fue el acto de un desesperado pero muy meditado… Un año antes un senegalés de 32 años ardía en una céntrica calle del Sur de España. O.D. había solicitado la regularización de su situación en España pero al parecer le fue denegada por las autoridades. Organizaciones humanitarias denuncian los trastornos psicológicos que pueden sufrir los inmigrantes y aluden al ‘síndrome de Ulises’ para tratar de explicar su incapacidad de adaptarse al nuevo entorno. Ulises añoraba su tierra de origen Ítaca pero se veía imposibilitado de volver a ella.
En diciembre del 2000 la prensa daba cuenta de cómo 27 inmigrantes marroquíes encerrados en la comisaría central de Málaga —después de haber llegado a España hace dos días en patera y ante la perspectiva de ser trasladados a Ceuta para ser posteriormente expulsados a su país—prefirieron prender fuego a los calabozos antes que permitir su expulsión. Cuatro murieron. En noviembre de 2009 un hombre de origen magrebí intentó quemarse a lo bonzo frente a la sede de Comisiones Obreras de la capital balear. Cabe preguntarse el porqué del dramatismo con que los inmigrantes ponen fin a su vida. Con esta brutal exhibición pública buscan dejar testimonio de la injusticia. Al igual que los mártires invocan su dignidad para llevar a cabo su terrible acción…(continuará)
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