En el ranking del País digital
de esta mañana Succionador de
clítoris: adictas a llegar al orgasmo en dos minutos era la noticia
más leída.
Esta información que remite al pánico entre las féminas ante la falta de un vibrador especial en una tienda
erótica en el barrio de Gràcia de Barcelona tiene tres lecturas:
La primera. El País ya no es lo que era. En el Defensor del Lector
de hace dos semanas reconocían que algunas de sus informaciones se elaboran por recomendación y sugerencia del equipo SEO (Search
Engine Optimization, o sistemas para mejorar el posicionamiento de un medio, es
decir, fórmulas para lograr más audiencia en las webs). Formado por siete
personas en la Redacción, el SEO rastrea permanentemente buscadores y redessociales y detecta los temas que más interés despiertan, tanto del periódico
como de otros medios nacionales y extranjeros.
La segunda. Ya no quedan hombres. Que “La fiebre por el Satifyer es
un auténtico huracán y fenómeno social”, como señala el digital, a los hombres
nos dejan en el rincón de los trastos viejos. Hemos dejado de ser necesarios
para dar placer y, lo que es más grave, habremos desaparecido del mapa de
gustos sexuales sustituidos a no más tardar por revolucionarios artilugios de
la inteligencia artificial.
La tercera. Las mujeres son más modernas. Es el consuelo que nos
queda pensar que ahora lo moderno es hacerlo sin él. Lo triste es que esto del Satifyer
y los inventos sexuales que le sucedan no es una moda pasajera. De aquí a dos
días todos monjes célibes seremos.
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