Tras dos décadas de crecimiento
de doble dígito, ¿cuál es el impacto del e-commerce en el sector del retail y
en el medioambiente? Esta pregunta cobra especial relevancia tras un 2020
marcado por la crisis del COVID-19, en la que el e-commerce ha desempeñado un
papel fundamental mientras numerosas tiendas han ido cerrando. Para responder a
esta pregunta, Oliver Wyman y el LAE han realizado un estudio a escala europea
basado en el análisis de las estadísticas oficiales de Eurostat, Euromonitor e
institutos nacionales de estadística; los resultados de una encuesta
independiente dirigida a retailers; los resultados de las encuestas a
consumidores; y el desarrollo de un modelo de impacto del CO₂ equivalente.
El presente informe evalúa el
impacto medioambiental del retail en términos equivalentes de CO₂ a lo largo de toda la cadena de
suministro. En la evaluación se han considerado productos no alimentarios (libros,
productos electrónicos y ropa) en Europa. Cubre todo el trayecto, desde la
fábrica al domicilio, e incluye factores que difieren entre el comercio físico
y el e-commerce, como el transporte, el embalaje y el consumo energético de los
edificios. No tiene en cuenta la producción, ya que su impacto es similar con
independencia del modelo de distribución.
El comercio físico no alimentario
causa entre 1,5 y 2,9 veces más de CO₂ que
el e-commerce. El caso más común que es dirigirse en coche hasta una tienda,
supone una emisión de CO₂
entre 3 y 6 veces mayor que la opción de pedir un producto no alimentario por
internet. A nivel europeo, la emisión de CO₂ al ir en coche hasta la tienda es de 4.100 g y de
900 g de CO₂ si se realiza el pedido online.
En el caso de compra en tienda,
las emisiones equivalen a 2.000 g de CO₂,
siendo de 800 g de CO₂
para el e-commerce. En el caso promedio se contemplan diversos comportamientos
de los consumidores (por ejemplo, utilización del coche en un 50% de los casos
para realizar compras físicas, devolución de algunos productos, compra de
varios productos en un solo viaje) junto con la configuración de la cadena de
suministro (como los pedidos transfronterizos). Los factores clave que explican
la diferencia son el consumo de energía de los edificios (160 g de CO₂ para el comercio electrónico y 1.200 g
de CO₂ para el comercio físico), el
transporte en el tramo final (200 g de CO₂ para el e-commerce y 600 g de CO₂ para un consumidor que va en coche a
una tienda física) y el embalaje (100 g de CO₂ adicionales para el comercio electrónico).
Comprar un libro en una tienda
física produce, de media, 1,6 veces más de emisiones que cuando se compra
online. El múltiplo es de 2,9 si se trata de una prenda de vestir. La emisión
de CO₂ es similar en el conjunto de los ocho
países analizados (incluida España) al comprar un libro o un producto
electrónico, ya se haga online o en una tienda física a la que se llega a pie
(unos 700 g de CO₂ en cada caso). En cambio, una prenda
comprada en una tienda a la que se llega a pie sigue causando 2 veces más de
emisiones que si se compra online, debido fundamentalmente al consumo de
energía del local (calefacción e iluminación necesarias para el espacio y
exposición de los productos).
Merece la pena consultar la página 9, Gráfico 3. Se detalla la comparativa del impacto de una compra online y una compra física en el caso promedio impacto en términos de CO₂ y ratio del impacto de una compra física frente a una compra online.
El sector del retail evoluciona a
distintas velocidades en toda Europa, a medida que se racionaliza el comercio
físico, crece el volumen de compras online y parte del gasto de los hogares se
desplaza hacia los servicios. En los últimos 20 años, el retail en Europa se ha
enfrentado a dos grandes transformaciones: primero, el paso del comercio
independiente al organizado; y posteriormente, desde el año 2000, el
crecimiento del e-commerce. Este último cambio se ha visto acelerado por la
crisis de COVID-19 y está evolucionando hacia diversas formas de comercio
omnicanal. Por lo general, en los países bajo estudio se produce un crecimiento
del comercio offline (o físico), pero el e-commerce crece a mayor ritmo, si
bien aún solo representa el 11% del total de las ventas.
Las ventas totales del retail,
que abarcan el comercio físico y el comercio online, aumentaron a un ritmo del
2% anual entre 2010 y 2019 hasta alcanzar los 2.189.000 millones de euros. El
e-commerce crece a mayor ritmo que el comercio offline en todos los países
estudiados, si bien solo representó el 11% (251.000 millones de euros) del
total de ventas en los ocho países en 2019, frente al 4% (73.000 millones de
euros) en 2010.
(Los datos sobre el
comportamiento de los consumidores se basan en encuestas propias realizadas por
Oliver Wyman en 2020 en toda Europa (Francia, el Reino Unido, Alemania, Italia
y España).
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