En 2020, cuando China se recuperó rápidamente de la pandemia en relación con el resto del mundo, el país pasó a ser visto como un refugio seguro para la inversión. Sin embargo, la adhesión a una política inflexible de COVID-19 ha provocado interrupciones sin precedentes en los negocios y ha exacerbado los desafíos preexistentes. Factores como el favoritismo hacia las empresas estatales y la creciente politización de los negocios han erosionado aún más la posición de China como destino de inversión.
Las empresas europeas ven cada vez más al
país como menos predecible, confiable y eficiente, y con las tensiones
geopolíticas en aumento, su futuro es menos seguro. Así lo advierte la Cámara
de Comercio de la Unión Europea en China en su Documento de posición de las empresas europeas en China
2022/2023, donde aboga por que el gobierno chino vuelva la agenda
de reformas de Beijing que ayudó en el pasado a garantizar la estabilidad,
impulsar el crecimiento económico y facilitar enormes flujos de inversión
extranjera directa. “Ahora la ideología está triunfando sobre la economía”,
alertan los empresarios europeos.
Es vital que se dé espacio a los políticos para 'cometer errores'
Los flujos de inversión entrantes desde
Europa ya indican un cambio de tendencia. En los últimos cuatro años, la
mayor parte de la Inversión Extranjera Directa (IED) europea en China ha sido
aportada por solo un puñado de grandes empresas, mientras que el resto ha
puesto sus operaciones en China en modo de espera mientras evalúan mercados
alternativos que puedan brindar mayor certeza.
La Cámara Europea cree que las reformas
integrales del mercado serían la forma más efectiva para que China realice su
potencial económico y recupere rápidamente la confianza de los
inversores. Sin embargo, para que China lleve a cabo las reformas
necesarias, es vital que se dé espacio a los políticos para 'cometer
errores', discutir ideas y, en última instancia, cambiar de rumbo, algo que
anteriormente era una característica de la formulación de políticas chinas.
Las empresas europeas aún confían en China
A pesar de las mayores dificultades que
enfrentan las empresas europeas en China, están comprometidas a permanecer y
mejorar el entorno empresarial, como lo confirman las 967 recomendaciones
constructivas presentadas en el Documento de posición. “Las empresas
europeas todavía están ansiosas por contribuir al desarrollo económico de
China, pero es poco probable que aumente la inversión en el país mientras China
mantenga sus puertas cerradas y las empresas perciban que aumentan los riesgos
políticos, económicos y de reputación”, señala Jörg Wuttke, presidente de la
Cámara de Comercio de la Unión Europea en China. "Las empresas también
piden a gritos transparencia en el entorno empresarial, ya que ahora deben
alinear sus operaciones en China tanto con los compromisos corporativos como
con la nueva legislación de la cadena de suministro en la UE y los Estados
Unidos".
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