miércoles, 30 de junio de 2010

No somos Esperanza

   "Estamos ante un verdadero sabotaje cuya víctima principal son los ciudadanos, que asisten indignados al ajuste de cuentas de los sindicatos con el Ejecutivo que preside Esperanza Aguirre, al tiempo que envían un mensaje de advertencia con vistas a la huelga general prevista para septiembre". Del Editorial de ABC de hoy, 30.6.10).

   Totalemente de acuerdo. Los usuarios de Metro no somos Esperanza. Y no tenemos porque pagar las consecuencias.

martes, 29 de junio de 2010

Salvaje sin sentido

  El pulso de los sindicatos de Metro -especialmente CC.OO. con Esperanza Aguirre sólo está perjudicando a los ciudadanos.
  Madrid no reventará pero sí sus gentes.

lunes, 28 de junio de 2010

A la calle porque me da la gana

   El presidente del Consejo Económico y social (CES), Marcos Peña, aseguró hoy que medio millón de trabajadores fueron despedidos en 2009 sin motivo alguno, al tiempo que consideró "limitado" el éxito de las políticas de empleo.

   Si ponemos en fila esos 500.000 desempleados saldrían por las fronteras hacia Francia y Portugal. Medio millón llenarían los grandes estadios de fútbol, suponen la cuarta parte de la población de Madrid y todos los habitantes de una provincia española media. Para qué seguir...

domingo, 27 de junio de 2010

Un canto a la alegría

   "...Volver a nacer, tal como somos, es un imposible matemático, por eso hay que considerar un milagro el haber sido invitados a este baile. Aunque haya pocos motivos para alegrarse de semejante destino, mucha gente está empeñada en que esta fiesta sea lo más placentera posible y merezca la pena haber estado vivo. Los oráculos no dejarán nunca de recitar las desgracias que van a venir, pero si uno trata de pasar algunos ratos agradables en este planeta la primera regla consiste en no estropearlo más de lo que está.
   Lo ha dicho Manuel Vicent en su columna de El Pais de hoy titulada Bailar. Simplemente genial.

El odio del parado

   "...Al final, lo que ocurre es que para la gente el enemigo no es el sistema, sino el individuo que ha conseguido lo que uno no tiene. El parado odia al que trabaja, pero no da un paso para cambiar las cosas. Si tienes trabajo, la gente se pregunta quién te habrá recomendado. Si estás en la televisión, piensan ¿quién le habrá enchufado? En el 80% de los casos es así. O sea que se sienten legitimados para seguir pensándolo. No es algo genético, es el funcionamiento del país. Es su frustración".
   Lo ha dicho Roberto Saviano, amenazado de muerte por la Camorra napolitana, en El País (27.06.10).

Tomar el pelo a los ciudadanos

   Los madrileños que hayan conectado hoy Telemadrid para ver las últimas informaciones sobre el paro convocado en el metro se han quedado con un palmo de narices.

   Ni una mención al grave conflicto que perjudicará a los ciudadanos. Los más optimistas pensaban que no se informaba porque se quería anunciar al final del informativo una noticia positiva. Pero no ha sido así. Telemadrid tuvo hoy nada de servicio público. Sólo en su web se mencionaba el paro que desesperará dentro de unas horas a los madrileños.

sábado, 26 de junio de 2010

patio de colegio

La hora del recreo ha sido siempre la hora de las filias y las fobias. Es cuando se han formado líderes y solitarios.

   El patio del colegio es el que define el carácter de las personas. Es el momento de establecer relaciones duraderas y de intercambiar impresiones. Es también el momento en que se gestan los automarginados; esos que no quieren saber nada de nadie o a los que se les echa de lado, los auténticos marginados. El patio es el lugar para demostrar quien es el más fuerte y quien debe agachar la cabeza.
  
 La media hora del recreo ha marcado nuestras vidas más de lo que imaginamos.

viernes, 25 de junio de 2010

Iniesta, modelo para todos

   No es un icono de la modernidad, más bien un símbolo de la gente humilde. Iniesta supo llevarnos con su gol ante Chile a octavos.

   "...Desde muy pequeño siempre he tenido que sacrificarme, y eso es una buena inspiración, porque mi vida siempre ha sido una constante superación, día a día, para llegar a un objetivo. Esa es la mejor medicina para mí". (declaraciones del jugador en La Vanguardia, 20.06.10).

   "La ilusión no nos la quita nadie", confiesa. Desde luego a Iniesta nadie le tumba. Un modelo de sacrificio poco valorado por los gurús. Pero no tardará en ser un referente.

jueves, 24 de junio de 2010

Pistas para un escándalo

   "...Desde el 2005 estoy especializada en gestión de oenegés. He trabajado como contable y jefe contable en tres fundaciones, las tres vinculadas a instituciones religiosas. Dos de ellas están entre las más importantes del país por la cantidad de recursos financieros y humanos que mueven. Una de las entidades tiene decenas de años de tradición, es conservadora, ... y tiene mucha incidencia en los medios de comunicación y en el mundo de la cultura. Su nómina supera los 1.000 empleados, el 95% de los cuales son mileuristas e incluso menos que eso. Imperan las amenazas y la ley del silencio, así como los despidos improcedentes.

   La dirección disfruta de salarios muy por encima de lo normal, las facturas de algunos proveedores son dudosas, y la contabilidad, otro tanto. Los auditores emiten informes a conveniencia de la dirección, y el patronato no ve nada anormal. Las administraciones públicas autonómicas y locales no controlan los fondos que generosamente subvencionan, y la propia Agencia Tributaria no entra a fondo en el caso... ¿cuándo algún funcionario, juez o periodista sospechará y se interesará ...?

   Es la denuncia pública de una mujer desesperada ante la injusticia, con su nombre y apellidos que he omitido aunque los ha publicado en el diario..

   ¿Quién sigue la pista?

miércoles, 23 de junio de 2010

Naciendo

La natalidad se frenó en España en el año 2009 tras un periodo de continuo incremento durante los 10 años anteriores. Esto me da pie para colgar este relato.

   Empuje, que ya sale. Vamos, mujer. Un empujoncito y ya es nuestro. ¿Qué le sucede? Iba tan bien. Vamos, tranquilícese y volvemos a empezar. Respire hondo. Venga, ahora. No, así no, mujer. Lo está haciendo al revés. Algo va mal. No se duerma que ahora no es el mejor momento. Luego descansará todo lo que quiera, con el bebé sobre su pecho. Vamos, mujer. Un empujoncito y ya es nuestro.


   No sé si merece la pena, la verdad es que estoy confundida. Y no es para menos. Todo iba sobre ruedas. Ya tengo dos hijos y esta sería la nena, la princesa de la casa. Pero no sé. El caso es que a mi marido pese a todo le veo muy ilusionado. Pero no sé si será consciente de que es una boca más que alimentar. Además, las nenas gastan mucho, son presumidas desde pequeñas y caprichosas, para qué vamos a engañarnos. A ella no le puedo poner nada de sus hermanos. Está bien eso de la moda unisex pero yo debo de ser muy antigua. Por ahí si que no paso. Claro está mi mentalidad me obliga a poner otra habitación para la niña. Un gasto extra que ahora no podemos permitirnos.

   A mi marido está a punto de caérsele la baba. Espera embobado a verla salir. Le gustan mucho los niños. Creo que le quiero más que a nadie en el mundo. Ahora se ha puesto muy serio cuchicheando con el médico y la comadrona. Se alejan los tres y forman corrillo. Tras intercambiar unas palabras el médico se acerca con paso ligero.

- Le vamos a poner una inyección para adelantar el parto.

- Ni lo sueñe, doctor. Nunca la he necesitado.

- Pues, entonces, mujer, no se lo piense más. Adelante. Empuje con energía, que ya no es una primeriza.

- No sé…

   Andrés tiene siete años. Llegó en el mejor momento. Ya teníamos la casa pagada y trabajábamos como dos purasangres. Muchas horas extra de regalo a nuestras compañías y ni una falta de asistencia. Todos los años teníamos bonus que gastábamos en unas espléndidas vacaciones.
- Este crío nos traerá mucha suerte- vaticinó mi marido.

- ¿Estás seguro?

- Mírale bien y dime lo que ves en su cara.

- Fortuna.

   Se lo dije tras contemplar su plácido rostro y no me equivoqué. A los pocos días nos tocó un segundo premio en la lotería. Claudio tiene cuatro años. Al poco de nacer algo se empezó a torcer. Y no se lo achaco a él, pobrecito. Es la carita de un ángel. Si alguien ha visto uno alguna vez sabe a lo que me refiero. Lleva el pelo ensortijado, tiene una carita redonda y bondadosa, una nariz perfecta, una linda boca y esos ojos azules. Un buen día mi marido se encontró en la encrucijada: recorte de sueldo o a la calle. No le quedó otra que apechugar y esperar tiempos mejores. Pero con su carácter indómito sabía que tendríamos complicaciones. No se resigna a las nuevas condiciones que le ha impuesto la compañía. Y eso nos trae problemas. Hemos dejado de ser la pareja tocada por la buena suerte.

   Cuando nos mostraron la ecografía estábamos tan contentos como unos padres primerizos. A mi marido y a mí todo nos ilusiona. Como si sucediera por primera vez. Un nacimiento es una primera y única vez. No hay un parto igual a otro. El ginecólogo y la comadrona siguen emocionándose. Ríen o lloran con cada criatura que traen a este mundo.

   La nena es indomable. Hace fuerza y pugna por salir. Pero algo en mis entrañas se resiste. De mayor me cogerá manía. Toda la vida me recordará este retraso en echarla al mundo. Y argumentará que es la causa de su retraimiento, de la falta de amigos, en fin de no destacar en nada. Vivimos una época que no está para tirar cohetes. Para traer un niño al mundo hay que pensárselo. Cuando plantamos la semilla -no se me olvidará noche tan hermosa, tampoco a mi feliz marido- fuimos unos inconscientes. Pero creo que pocos eran los avisados sobre lo que se nos veía encima. Ellos lo sabían. Mi marido al menos así lo cree.

- Pudieron evitarlo.

- ¿Tú crees?

- Claro, mujer. Tenían todos los datos para saber que la situación era insostenible.

- Tal vez la tuvieran tan delante de los ojos que no supieron verla.

- La crisis estaba ahí, a la vuelta de la esquina. Delante de sus narices.

   Esto es perturbador. Tanto mi marido como yo estamos desconcertados. Por eso no me gusta leer los periódicos ni ver la televisión. Sólo ofrecen testimonios desgarradores de gente sin empleo acompañados de una generosa oferta de trucos baratos para llegar a fin de mes. ¡Dios mío! porque pensaré estas cosas cuando la nena pide paso.

- Señora empuje, por favor. El tiempo apremia.

- Haz caso al doctor, cariño. Tengo muchas ganas de ver a la nena.

- No sé…

   Cuando notamos el primer aviso empezamos a gastar menos, a prescindir de ciertos caprichos. Ahora nos quedamos en la ciudad y sólo escapamos a la playa una semana.

- El año próximo iremos al pueblo de mis padres.

- ¿Y la playa?

- Hay que ahorrar.

   Mi marido se ha vuelto previsor, quien me lo iba a decir. Hace poco, con la disculpa de la nena, quería que compráramos un coche más grande.

- Más vale que estemos preparados. La situación puede empeorar.

- ¿Quién te lo ha dicho?

- Tengo amigos influyentes.

- Yo también leo los periódicos.

- ¿Qué quieres decir?

- “No será fácil ni rápido salir de este agujero”.

- Recitas a Obama como un loro.

- ¿Crees que fue sincero?

- Nada tenía que perder. La verdad cuanto más cruda mejor. Días después los periódicos recogieron otra profecía: “las cosas se pondrán peor, antes de que comiencen a mejorar”.

- ¿Crees que exagera?

- Al contrario. Lo veo muy comedido.

- Cariño, ¿me ocultas algo?

- Nada, mujer. ¿Qué adelantaría con negarte la realidad?

- Algunos lo han hecho.

- Sobre todo uno.

- Negó la mayor.

- Lo pagará muy caro.

- ¿Tú crees?

- No lo dudes.

- Este país es olvidadizo.

- No cuando le tocan el bolsillo.

   Hubo un tiempo en que nos creíamos diferentes. Formábamos parte de una clase superior. Y ya se sabe los superhombres no tocan el suelo. Ahora pese a la caída podemos considerarnos afortunados.

- Cariño ¿en qué piensas?

- Cosas mías.

- La nena no puede esperar.

   Mi marido me coge las manos y me mira turbado. Creo que presiente lo que me pasa.

- Algo hay que hacer. Tú mujer no está aquí. Está como ausente.

El médico prepara la epidural. La comadrona está alerta ante cualquier eventualidad.

- Cariño, regresa. Las crisis pasan.

- ¿Y la nena?

- ¿Qué quieres decir?

- ¿Qué mundo le espera?

- …

   Mi marido se muerde los labios y no responde. ¡Dios mío, cuanta inconsciencia con la que está cayendo!



martes, 22 de junio de 2010

Recordatorios

   Que tengan que recordarte que es el Día contra la Explotación Infantil, el Día contra la Violencia de Género, el Día de la Tierra... indica que los humanos tenemos una memoria endeble.

   Y es una pena que traten de recordarnos que esos días debemos hacer el bien. Como si los otros fueran los días para hacer el mal.

lunes, 21 de junio de 2010

Subidón de autoestima


   Ya explotan los cohetes en el cielo. Poco más se puede decir. Subidón de autoestima.

La autoestima vencerá

   A siete horas y media para jugárnosla ante Honduras se está dando en directo una muestra de la autoestima de este país.
  
   Valga un testimonio:
- Hoy nos vamos a casa.
- Sí, yo ya he dicho que tenemos el billete de vuelta.

   Este era el nefasto diálogo entre un cliente y la cajera de un supermercado.
   Me vi obligado a intervenir. Y le solté espontáneamente a la cajera:
- Vamos a golear 4-0 a Honduras. Mañana cuando nos veamos te lo recordaré.
   A ustedes se lo diré esta noche.

domingo, 20 de junio de 2010

Limpieza y plancha

   Ahí me veía yo a mis sesenta y un años echando papelitos por los buzones de la urbanización. Lo hacía de noche, a escondidas, cuando todos estaban recogidos viendo la televisión. Me veo obligada por las circunstancias, yo que como quien dice me había partido la espalda desde muy niña y ya podía disfrutar de una jubilación. Pero ya se sabe como son estas cosas. Un día abres los ojos y no tienes nada y más vale que no te preguntes como has llegado a esta situación, solo sirve para que te envenenes la sangre y odies a cualquier prójimo que se te cruce en el camino y más si es feliz. Vergüenza es lo que tengo, una vergüenza tan grande que por las noches me hace llorar sobre la almohada, pero qué le voy a hacer, hay que apechugar con lo que viene y lo único que tengo son arrestos para afrontar con lo que sea, aunque por dentro lo esté pasando muy mal. Pero si a los hijos les va mal alguien ha de arrimar el hombro hasta que vengan tiempos mejores. Y no le ha pasado solo a él, también mi nuera se ha quedado mano sobre mano. Ya es mala suerte.


   La primera vez dudé en dejar apuntado mi número de teléfono que no vaya a ser que vea el papelito una conocida y me saque los mil colores, pero luego me dije, Angustias no lo pienses más que tienes que sacar al nieto adelante y aquí estoy esperando que suene el dichoso teléfono. Y vaya si sonó el condenado, sobre todo la primera hora. Un desgraciado me dijo que todavía llevaba dodotis y que si se los cambiaba y me soltó un eructo que casi huelo la cerveza. Pero no paró ahí la cosa; luego llamaron unos niños, eso sí muy resalados, para decirme que les había abandonado su mamá y que si la señora estaba maciza, total que a punto estuve de no descolgar más el aparato. Pero sólo de pensar en mi nieto –lo que más quiero en este mundo, con tres añitos está para comérselo- y que estaban cerca los reyes, me dije Angustias no puedes rendirte. Así que continuaron las bromas, porque hay gente que no sabe estar. Hasta que descansaron los timbrazos.

   A eso de las diez llamó una de esas señoras que se la dan de muy finas, se la notaba en la voz tan almibarada y pidiendo mil excusas por la hora. Me pagaba trescientos cincuenta euros al mes y vi el cielo abierto. Cuando me dio la dirección a punto estuve de correr hasta su casa. Me citó para el día siguiente, a media tarde, en que me dijo estarían el marido y los chicos. Abrió la puerta un adolescente desgarbado con granos en la cara y un sonrojo tan grande que daba pena verle.



- Pase, mi madre la está esperando- me dijo turbado, los brazos colgándole desmadejados sobre una ropa que le quedaba pequeña.

   Un perrito como de juguete, tal parecía que le hubieran dado cuerda, vino correteando hasta mis pies el muy zalamero. Un Yorkshire creo que es la raza. La mujer, de unos cincuenta años, muy agraciada con el vestido azul que llevaba, se presentó con una amplia sonrisa y me explicó que el de la puerta era el hijo mayor, dieciséis años, en la edad difícil, mudando de piel, ya se sabe, y que tenía también una hija de catorce, que estaba en la habitación de la que llegaba una música atronadora. Me hizo pasar al suntuoso salón donde me sirvió una copa de jerez con almendras y llamó a su marido que estaba en el despacho revisando unos papeles. Era un hombre de aspecto agradable y como ajeno a la situación pero ella se creyó en la obligación de presentármelo. Entonces fue cuando me enteré de que no las tenía todas conmigo. La señora muy amable y como disculpándose me apuntó que había otras candidatas. Haciendo un mohín con los labios reconoció que eran rumanas, polacas y hasta sudamericanas, y que se ofrecían baratas y con referencias. Me acordé entonces de cuando arrancaba las notas pegadas en tiras en los corchos de los supermercados y paradas de autobús con aquello de señora seria y responsable, se ofrece para trabajar en labores domésticas, cuidar niños, planchar...y vete tú a saber. Se me encendía la sangre con eso de la emigración. Yo que había pasado una guerra veía como ahora venían estas de fuera a quitarme el pan de mi nieto. Válgame dios, que tiene bemoles la cosa.

sábado, 19 de junio de 2010

Números mágicos

   Los números pierden valor contable y ganan alma cuando se convierten en celebraciones. Es el caso de los cumpleaños, aniversarios...
   Son números mágicos porque te traen la felicidad. Te dices: 23 años casado, parece mentira que fuera un 19 de junio. Entonces vienen los recordatorios de lo acontecido, filtrando sabiamente los buenos momentos. Te recorre la alegría y desechas la melancolía para que el día sea fructífero.

viernes, 18 de junio de 2010

Muere nuestra conciencia

No ha podido ver la entrada de este verano que se presume tórrido y cruel. José Saramago nos dijo adiós hace unas horas. Me gustaba más como conciencia que como novelista. Pero cada cual tiene sus preferencias.

   Pero sobre todo sus artículos periodísticos definían su esencia de humanidad. "Cuando Javier Bauluz bajó a la playa de Zahara ya sabía que se iba a encontrar un cadáver. Javier Bauluz es fotógrafo, en sus cámaras tanto caben besos como cuerpos destrozados. Si los besos se tornaron indiferentes por la vulgaridad y monótonos los muertos por la multiplicidad, la culpa no es suya. De él se espera que retrate lo que ve, no lo que le gustaría ver. En septiembre las playas están llenas de bañistas. A veces las olas traen un aguamala, un pecio, una concha partida, una bola de alquitrán. La concha y los pecios pueden interesar a artistas y coleccionistas del ready-made, el alquitrán y la aguamala hay que retirarlos con prontitud para evitar las justas reclamaciones de los turistas de fuera y de dentro. A veces es un ahogado quien recala a la costa, alguien a quien nadando le faltaron fuerzas o ya no las tenía cuando la patera se hundió..."
( Llamado por la muerte/Por José Saramago, Premio Nobel de Literatura. Publicado en el Magazine de La Vanguardia, 2 de Marzo 2003).





jueves, 17 de junio de 2010

Te roban la voz

   Los ciudadanos perplejos y resignados tienen un problema: ante su silencio otros les suplantan la voz. Líderes de opinión, tertulianos...te roban la palabra.
  
   Muchos ya están cansados de escuchar como hablan por ellos. La opinión pública es tan manipulable que está perdiendo su verdadera fuerza. Sólamente cuando la gente sale a la calle se observa una forma más natural de expresarse. Aun cuándo también haya protestas mediatizadas.

   No te dejes robar la voz (la palabra) es prácticamente lo único que te queda.

miércoles, 16 de junio de 2010

La autoestima en picado

Y no lo dice este blog.
Estos son los titulares más representativos en las ediciones digitales nada más acabar el partido:
Suiza amarga a una decepcionante España (0-1). Peor, imposible. La selección falla en ataque y en defensa (periodistadigital.com)
Patinazo de España ante Suiza (abc.es)

Comienzo de pesadilla (elcorreodigital.com)
España se estrella contra Suiza (elpais.com)
España debuta con derrota al estrellarse contra el muro suizo (elperiodico.com)
Suiza le baja los humos a España en su estreno (lavanguardia.es)

La autoestima de un país

   Hoy el país está eufórico. Faltan menos de dos horas para el partido España-Suiza. A las 6 de la tarde
sabremos si la roja nos ha bañado con un subidón de autoestima o nos ha dejado en harapos.

   Yo apuesto por la alegría. Y es que haber apostado por 'La Roja' es una forma clara de decir que todos queremos salir de la crisis o, al menos, olvidarla por unos días. Lo malo es que el favorito -no quiero ni voy a ser aguafiestas- no cumpla con nuestras expectativas.

   Para empezar tiene que haber al menos un 4-0 frente a Suiza. No podemos ser menos que Alemania.

   Si la selección falla lo pagaremos todos. El hogar se convertirá en una jaula de grillos, el trabajo en una guerra sin cuartel con el malhumor como bandera. Pero, al menos -estamos en España- nos quedará el bar para soñar con una gesta heróica.

   Hoy estamos en manos de 'La Roja'. ¿Es para tanto? Está claro que no tenemos remedio.

martes, 15 de junio de 2010

El primer psicólogo

Para muchos el primero en tirarnos de la lengua y psicoanalizarnos –obligándonos con temprana edad a discernir entre el bien y el mal- fue el cura del confesionario.


- ¿Qué pecados me traes hoy, hijo mío?
- Veniales, padre.
- ¿Sólo veniales?
- Sí, padre.
- Eso lo decidiré yo. Ahora empieza.
- Yo confieso a Dios padre todopoderoso que he pecado de omisión, palabra y obra...

   Mientras desgranas tus maldades, los dedos amarillos de nicotina del párroco te recorren el rostro de una manera inquietante. La confesión siempre es un acto doloroso. El cura tiene la sartén por el mango. Está en su mano bendecirte o condenarte.

- ¿Has terminado hijo mío?
- Sí padre.
- ¿No te olvidas alguno?
- No lo sé.
- Haz memoria. Tienes cara de listo.
- He cometidos actos contra el sexto mandamiento.
- Muy mal, hijo mío. Te impondré una severa penitencia. ¿Y contra el cuarto? ¿Has pecado? Ya sabes: honrarás a tu padre y a tu madre.
- También he pecado padre. Di una mala contestación a mi madre o eso creo.
- Reza tres avemarías y dos padrenuestros. Arrodíllate y haz acto de contrición para que pueda absolverte.

   Sin saber como llega el domingo siguiente y has acumulado tantos pecados que estás a las puertas del infierno. "Ego te absolvo". De nuevo las palabras del cura bondadoso y demasiado amable.



lunes, 14 de junio de 2010

¿+talentos o-?

   "Como decía Schumpeter, las recesiones tienen los efectos de “una buena ducha fría” —para bien y para mal—. De esta crisis saldremos, como de las anteriores, en un escenario bien distinto al de entrada y con muchas lecciones aprendidas a título individual y colectivo. Lecciones en lo económico, desde luego, pero también en lo moral y en lo político, por citar otras dimensiones de nuestra existencia", son palabras de Cristina Garmendía, ministra de Ciencia e Innovación en los desayunos de Europa Press.

   "Las crisis, en definitiva, ponen de manifiesto las debilidades de las economías y de las empresas—como ha quedado claro en el caso de las debilidades estructurales que arrastraba la economía española desde hace décadas—, pero también recompensan las fortalezas y la creatividad; destruyen viejos modelos de negocio, sí, pero también dan pie a otros nuevos", aseguró Garmendia.

   La titular de Ciencia e Innovación ante la fuga de talentos lanzó un reto a los asistentes: demostrar que son más lo que emigran que los que vienen. Hay que empezar por hacer la suma y la resta. Los investigadores tienen la palabra.

 

domingo, 13 de junio de 2010

Romper el círculo

   Cada persona que vuelve a ingresar en el mercado de trabajo debería contarles a los cuatro millones restantes que siguen en la estacada cómo lo ha conseguido.
   Desde hace algún tiempo miles de ciudadanos pugan por salir del círculo de fuego. Cada vez que lo intentan se abrasan. ¿Cuál es la razón? Infinitas.

   Basta con enumerar hoy las siguientes:
   - Pérdida de autoestima.
   - Falta de confianza.
   - Considerarse una nulidad.
   En los últimos meses los gurús animan a ser optimistas y a que cada uno disfrute de la porción de felicidad que le corresponde. Toma la tuya, aunque estés en paro. Y que te quiten lo bailao. Es mi consejo.

sábado, 12 de junio de 2010

El caldero (contra la explotación infantil)

   Soy el más bajito, el que está en lo alto de la montaña de basura enarbolando una bolsa de El Corte Inglés como bandera, la visera de Coca-Cola puesta del revés. Tengo once años pero mentalmente aparento unos dieciséis, según dice el psicólogo que ocasionalmente nos visita. No sé lo que quiere decir pero me gusta como lo dice y que me haga sentirme mayor. A veces pasa por aquí un fotógrafo y me da una moneda por hacerme una foto rebuscando medio desnudo entre la basura, con las manos ennegrecidas, el cuerpo lleno de pústulas y los mocos colgando. Llevo el pelo siempre sucio, la cara tiznada y no veo demasiado bien cuando un líquido purulento me pega las pestañas. Me restriego los ojos, bizqueo y entonces el fotógrafo dice perfecto y dispara.


   Una vez apareció por el vertedero un colegio entero. Los niños con el uniforme limpio y reluciente tardaron en bajarse del autobús. Recelaban tras las ventanillas y nos espiaban como si fuéramos bichos raros. Tenían miedo. Lo noté en sus torpes movimientos cuando bajaron del autobús y comenzaron a acercarse. No sabían donde poner los pies. Les daba asco pisar los desechos que les pringaban los zapatos pulcramente encerados y con ridículos saltitos trataban de evitar los cristales esparcidos por el suelo. Empezaron a protestar tímidamente cuando el profesor que los conducía los hizo adentrarse en nuestra montaña de basura y caminar por un río pestilente.

- Vamos, chapotear sin miedo. Tenéis que conocer de primera mano la miseria. Señoritos, que sois unos señoritos.

   Los colegiales llegaron hasta nosotros con zapatos y calcetines embarrados pero con el pelo sedoso y suave en el que se reflejaba el sol del mediodía. Nunca vimos manos tan pulidas, uñas tan brillantes y piel tan nacarada. Sus cuerpos despedían una fragancia que nos aturdía. Eran tan diferentes a nosotros que ni las moscas se les acercaban. Cuando estaban a menos de un metro nos miraron desafiantes, los labios apretados y los ojos muy abiertos. Pero un miedo cerval los delataba, temblaban y la piel se les puso como a las gallinas.
   El maestro nos apunta con el dedo.
- Mirarlos bien. Son más ratas que niños. ¿No querréis acabar como ellos?

   Ante su observación los colegiales ríen nerviosos. No tardarán en arrepentirse de haber nacido. Empezamos a tirarles todos los desperdicios que caben en nuestras manos. El blanco perfecto es el profesor, que de tan gordo apenas se mueve. Le embadurnamos el traje con cáscara de huevo, peladura de naranja, huesos de pollo, restos de flan y yogurt. Los colegiales huyen en desbandada, con el pelo pringoso y los uniformes irreconocibles. Llegan jadeando hasta el autobús y tratan de meterse por las ventanillas. El conductor al verlos trepar se tapa ostensiblemente la nariz y arranca levantando una gran polvareda. Hicimos siete rehenes pero después de torturarlos, obligándoles a mirar fijamente al sol para dejarlos ciegos, los soltamos aburridos de sus lloros y lamentos. No sé si habrán encontrado el camino de regreso.

   Vivimos al pie de la montaña, en unas casetas de madera, hojalata y uralita construidas con nuestras manos. Las mías, las de Laura, Roberto, Juan y Jesús. El sol nos impone la hora de levantarnos. Nos gustan los días cálidos cuando el sol hace brillar montones de basura como si fueran diamantes. Escarbamos con nuestros ágiles dedos, removemos con los pies desnudos los desperdicios y a veces encontramos tesoros. Aquello que se puede vender lo echamos en un carro rudimentario tirado por Charlie, el san bernardo. Un día apareció magullado, con una enorme pedrada en el hocico, sediento y hambriento. Con Charlie bajamos a la ciudad armando gran alboroto. Nos tiramos del pelo unos a otros y nos lanzamos escupitajos. El trapero tras examinar la mercancía nos suelta unas monedas roñosas. Si es verano nos vamos a la heladería donde la dependienta nos mira con cara de asco y nos obliga a lavarnos las manos. En invierno nos ponemos junto al brasero donde Adela asa castañas. Nos gusta poner las manos sobre las brasas rojizas hasta que nos duelen y se nos forman ampollas que explotamos con las uñas entre grandes risotadas.

   Los días grises en que nunca se sabe cuando acabará de llover nos refugiamos bajo la uralita y tratamos de ver la tele que es tan pequeña como mi mano. Nos la regaló el Sebas.
- Ese eres tú- dice Laura cubriendo con el sucio pulgar la pantalla.
- ¿Tan pequeño soy?
- ¿Ahora te das cuenta? Eres casi un enano- para demostrarlo Laura se pone a mi lado. Me saca la cabeza.

   En la tele llevo la visera de Coca-Cola del revés y ondeo victorioso la bandera de El Corte Inglés. Estoy en lo alto de la montaña a punto de dar la orden. Mis cuatro compañeros con piedras en las manos esperan la señal.
- Estos mocosos se han hecho los dueños del vertedero. Atacaron a un colegio y tomaron rehenes- dice una voz que sale del televisor y a cuyo dueño no vemos por más que lo intentamos.

   Hace unos días apareció una intrusa por el vertedero. Una viejecita envuelta en una capa azul con brillos. Nos trae leche caliente, magdalenas y rosquillas que deja en nuestro refugio. Parece muy dulce. Fue ella la que encontró al Sebas y le rascó la cabeza como si fuera un gato. Entonces se dio cuenta de que estaba muerto. El Sebas, que era algo mayor que nosotros, deambulaba como alma en pena por el vertedero. Sólo hablaba con Laura y un día que estaba contento esnifando pegamento le regaló la tele del tamaño de mi mano. Subimos al Sebas muerto al carro y lo bajamos a la ciudad. Iba todo espatarrado. El fotógrafo me prometió diez euros para hacer una foto del Sebas, tenía los ojos aún abiertos y la nariz blanqueada de pegamento. Veinte, le dijimos a coro los cinco. Torció el gesto, abrió la cartera y nos entregó un billete arrugado. Al día siguiente el Sebas estaba en el periódico. Se le ve dormido, Charlie parece ladrar y nosotros hacemos la señal de la victoria. Desde ese día el psicólogo viene más a menudo.
- ¿Dónde has nacido? – me pregunta delante de un buen tazón de leche y galletas para ablandarme.
- En el vertedero- contesto impasible.
- Eso es imposible.
- Siempre he estado aquí.
- ¿Alguien te dejaría?
- Ni idea- mascullo con la mitad de la galleta desecha en la boca.
- ¿Qué sabes de tus padres?
- Nada.
- Eres imposible- me dice y se marcha contrariado.

      Cuando Isidro termina de vaciar la caja del camión de la basura viene a charlar conmigo.
- ¿Cómo va todo?
- Bien, Isidro. Libres como el viento.
- Creo que no por mucho tiempo.
- ¿Por qué lo dices?
- Van a sellar el vertedero. Eso quiere decir que enterrarán toda la basura y que tendréis que largaros a otro lado.
   Isidro me deja subir en el camión pintado con franjas verdes y amarillas y recorremos de punta a punta el vertedero. Desde la cabina todo se ve diferente. Me siento importante y lo nota así que aprovecha el momento.
- En mi casa tienes un sitio.
- Gracias, Isidro, pero o todos o ninguno.
- Tus amigos podrán visitarte cuando quieran.
- No los abandono.
- Díselo entonces a Laura. Mi mujer se encuentra muy sola. Una niña no debería estar con vosotros.
- Se lo diré. Te lo prometo.

   Hoy la vieja ha traído pollo asado y una bolsa de la que saca platos de papel, cuchillos, tenedores y vasos de plástico.
- Es mi cumpleaños y estáis invitados.
Nos sentamos en el suelo y comemos con las manos sin dejar de observarla.

   Al terminar tan suculento almuerzo nos pide que la sigamos. Vamos en tropel detrás de su capa azul que revolotea con el viento. Se para delante de un viejo caserón, empuja con sus manos huesudas una verja herrumbrosa y nos franquea gentilmente la entrada. Hay gatos por todas partes: en el jardín, encima de una fuente, en el fregadero de la cocina, sobre la colcha violeta que cubre su cama.

- ¿Podemos quedarnos?- pregunta Laura con su cara de niña buena.
- Dejarme que lo consulte con Igor, Blas, Neptuno, Poseidón…- dice señalando a los gatos con sus largos y sarmentosos dedos.
- ¿Qué responden?- la apremia Laura dando saltitos.
- Están de acuerdo. Si tengo trece gatos, no me importa tener cinco niños más.
   La vieja me obliga a darme un baño y ponerme la ropa nueva que me ha comprado. Cuando me planto ante Isidro no me reconoce.
- Me gustabas más desaseado. Apestando como yo. No con ese olor a culo de niño.
   Le cuento lo de la mansión y los gatos y se pone a la defensiva.
- Así que la vieja tiene una propiedad. Viviréis como reyes.
   Desde los ventanales de la mansión el vertedero se ve lejano, las gaviotas rebuscan entre los desperdicios felices de que no les tiremos piedras.
- La vieja es un hada- asegura Laura mientras baila haciendo círculos y aireando el volante de su vestido nuevo.
- Ahora está en la tele- le digo plantando el pulgar en la diminuta pantalla.
- Se busca a esta mujer. Cuando desapareció estaba en tratamiento. Tiene que tomar una medicación para estabilizar sus facultades mentales.
- Es un poco extraña la vieja. Pero me gusta- dice Laura sin dejar de dar vueltas.
   La oímos canturrear en la cocina removiendo con una espátula un gran caldero donde borbotea un líquido amarillento.













viernes, 11 de junio de 2010

¿Alegría o felicidad?

   "La alegría tiene la brevedad de la cocaína, la felicidad al menos dura un poco más".
   Truman Capote/Retratos

jueves, 10 de junio de 2010

Que la paguen los ricos

   "No esperemos que nadie nos defienda porque los políticos, aún los más a la izquierda, si no cuentan con los ciudadanos más allá de los votos, para tenerlos en cuenta, recabar su apoyo y estableciendo cauces de control democrático, o tienen las manos atadas por entidades que nadie ha elegido (FMI, BM, BCE) o son unos corruptos. Y algunos sindicatos como mucho harán el paripé porque viven de las subvenciones del Estado.

   Por eso, sin banderas, nos reunimos en asambleas, para entre todos, ver cómo afrontamos la situación a la que nos quieren llevar y dar las respuestas más oportunas en cada momento. En las Asambleas todos somos iguales, somos vecinos que no nos resignamos y aspiramos a crecer y a contagiar con nuestra lucha, solidaridad y creatividad a otros distritos, a otras comunidades, a otros países..."
(De un pasquín de la Asamblea contra la CRISIS por Moratalaz, un barrio de Madrid)

miércoles, 9 de junio de 2010

Ochenta razones para ser feliz

   "Hoy cumplo ochenta años. Y sé que por diversos conductos se han querido organizar actos de homenaje con motivo de este aniversario. Y comprendo que alguno de estos homenajes hubiera tenido su lógica. Es muy normal que cuando alguien llega a los ochenta años se le manifieste reconocimiento o afecto o simplemente el deseo de un feliz aniversario. En mi caso, cumplo los ochenta años con buena salud y contento con la familia que tengo". (La Vanguardia,9/06/10).
   "Yo no estoy solo. Y estoy contento. Porque el camino me ha hecho feliz..."
   Se compartan o no sus ideas, desde luego se aplaude su espíritu de ánimo. Una lección de Jordi Pujol.
Leánla. Les ayudará ante las contrariedades.

martes, 8 de junio de 2010

Alicia Koplowitz se reinventa

La marquesa de Bellavista (Alicia Koplowitz para los mortales) también le ha pedido una segunda oportunidad a la vida. Ahora que el Gobierno ha puesto en el punto de mira a los ricos estos se replantean su papel en la sociedad.

Ayer, lunes, Alicia Koplowitz estaba en primera fila para presenciar el show del Dr. Mario Alonso Puig, un cirujano que se ha reinventado en el gurú/ charlatán de moda de la aristocracia. En el escenario de la fundación Rafael del Pino (Madrid, 19.00 horas) el ex médico Mario Alonso tuvo el valor de hacer participar de los consejos de su libro ‘Reinventarse: Tu segunda oportunidad’ a la flor y nata del país.

   Para romper hielo y tocar la fibra sensible de su selecto auditorio propuso a los asistentes hablar con el del asiento de al lado y compartir (sin complejos, aunque no le conozcan) sobre el viaje/destino más ilusionante en su vida (ya fuera a tomar café al bar de la esquina o a Cancún). Enseguida se creó un ensordecedor murmullo que hizo disfrutar al gurú. Con el público en situación y pronto en su bolsillo, el escritor Mario Alonso puso en práctica los consejos de su libro de autoayuda. Primero se remontó a la mitología (luchas internas del ser humano), luego planteó un viaje imaginario Madrid-Benarés (para contarles un relato acaecido en la India, que otros gurús como Alex Rovira (con quien ha publicado en Aguilar) también han manoseado). Casualmente el punzón del mapa trenzó un nuevo viaje Madrid-Delfos, la ciudad griega en cuyo panteón está grabada la leyenda:‘Conócete a ti mismo’.

   El plato fuerte vino cuando el reinventado gurú Mario Alonso provocó a la concurrencia con la física cuántica. De eso hablaremos otro día. Decir que el auditorio desbordaba alegría.

lunes, 7 de junio de 2010

La fiesta no termina nunca

   Gran parte de la angustia y el sufrimiento que experimentamos en la vida es optativo. Nuestra naturaleza es fuente de energía, sabiduría, serenidad, alegría, creatividad y amor. Esta es la tesis del Dr. Mario Alonso Puig. Hagámosle caso y que la vida sea una fiesta continua.
   Este profesional de la medicina ha dedicado gran parte de su vida a explorar el impacto de los procesos mentales en el despliegue de nuestro talento y en los niveles de salud, de energía y de bienestar que experimentamos. En su último libro expone los aspectos menos conocidos y más importantes del funcionamiento de la mente humana. (Mañana lo ampliamos).











domingo, 6 de junio de 2010

Vacaciones

- Papá, huelo el mar.

   El pequeño se dejó caer en el sillón traspuesto de sueño. Al cabo de un rato se despertó con la idea bulléndole en la cabeza.
- ¿Podemos ir a la playa?
- ¡No!
   El padre gruñó, aunque igual daba que hubiera ladrado. Pero el niño no se arredró. El deseo era más fuerte.

- ¿Y tomar un helado?

   La bofetada le dejó atontado. Un río de lágrimas le surcó la mejilla mientras sujetaba en la mano el folleto de las vacaciones que había subido del buzón. Su madre salió apurada de la cocina al resultarle familiar aquél sonido. Llevándose las manos jabonosas a la cabeza tan solo dijo:
- Algún día, con la ayuda de Dios, tendrás playa y helado.
   Y allí estaba el mar más reluciente y salvaje de como lo había imaginado; las olas salpicaban y el escozor de la sal se le metía en la piel hasta que le ardía y tenían que ponerle paños húmedos. Lo que más le gustaba era saltar entre las olas tratando de engañarlas para que no le pillaran debajo. Su padre le tomaba de la mano y le llevaba mar adentro.
- Vamos, valiente, has de ser de los míos
   Pero su madre le cogía con rabia de la otra mano y le suplicaba:
- Por favor, deja al niño que le vas a meter miedo y nunca aprenderá a nadar.
- Anda, no seas tonta.
   Ya no escuchaba más. La ola gigantesca lo engullía y se sentía ir en un obsesivo color gris, llenándosele la boca de agua salada que bajaba hasta los pulmones. Cuando el brusco tirón de su padre lo hacía emerger, lo hacía tosiendo como un loco; con la piel del rostro amoratada, los labios blancos y en la garganta una llaga de sal que le hacía escupir dolorosamente.


   - Pobrecito del disgusto que le has dado se ha quedado dormido. Espero que sueñe con el mar. Está visto que este verano lo pasaremos otra vez en casa, sin playa ni helado.
   La madre se alejó con el catálogo de las vacaciones. Se sentó al lado de la ventana de la cocina y empezó a pasar las hojas.
- ¡Roma! ¡Florencia!
   No tardó en verse caminando hacia la Piazza Navona, echar una moneda en la fuente y pedir un deseo. Algo la despertó bruscamente del sueño.
- Leyendo esto sólo te llenas la cabeza de pájaros.
   Su marido le arrebató bruscamente el folleto y se fue al salón. Lo ojeó sentado en el butacón. París ¡La Champion! Algún día llevaré a mi hijo. Se lo estoy haciendo pasar mal. Aunque es pequeño se da cuenta de todo. El hombre se queda dormido. Su mujer y su hijo pasan de puntillas a su lado y bajan a la calle.
- De nata y fresa, mamá.
- Claro, mi vida.































































sábado, 5 de junio de 2010

Autoayuda para lectores desvalidos

   Remedos elegantes de Elena Francis, en España los libros de autoayuda generalmente están escritos por hábiles manipuladores que mezclan a la par razones y sentimientos. Siempre colocan un modelo o testimonio a seguir como si fueran vidas de santos. Para llamar la atención se busca provocar al lector y tratar de despertarle.

   De entrada al público al que se dirige se le considera frágil, poco reflexivo, obsesivo y dominado por la sociedad de consumo; por no decir alienado. Se busca siempre contraponer un mensaje positivo al negativo que se da por descontado lleva en los genes el ser humano.


   El lector es un perdedor y el escritor va a rescatarle de su infortunio, a dar luz a su oscuridad. Confesor, psicólogo, filósofo todo lo encarna el escritor de estos libros/píldora de la felicidad ante un lector desvalido.

viernes, 4 de junio de 2010

Torear a la prensa

   Poner el foco donde menos interesa a los ciudadanos es la habilidad de los manipuladores de información. Por fortuna ya no lo tienen tan fácil: los periódicos están dejando de ser el referente para los ciudadanos y las televisiones -con la 'telebasura' hasta en los informativos- pierden credibilidad.   

   Para mi hoy la noticia estaba en la carta de un lector a La Vanguardia (4.06.10) en la que nos retrataba a los ciudadanos que vivimos en España, tal y como somos:

   "Ya basta de aguantar y callar... Nos llevan a la ruina moral, económica y social. Lo que está haciendo esta gente no soporta el más mínimo análisis lógico. Y todos en silencio... Nos humillan, nos roban, se burlan, nos engañan, se aprovechan de nosotros... Y todos en silencio... Marcan y blindan sus cartas de forma descarada. No les importamos nada en absoluto. Y todos en silencio... Propongo - pobre iluso-algo muy sencillo para ayudar a superar esta situación. Todos, presidentes, ministros, secretarios, subsecretarios, altos cargos de las múltiples administraciones, directores generales, asesores, asesores de los asesores, diputados, calientaescaños, miembros de la Casa Real, funcionarios de rango superior, concejales, jueces inoperantes, sindicalistas apesebrados, alcaldes, tuercebotas varios, intermediarios corruptos, presidentes de parlamentos... todos, quieren demostrar su buena disposición retocándose a la baja sus salarios millonarios. ¿No les da vergüenza? Sugiero que cobren el salario mínimo interprofesional y que, junto a las dietas, viajes y demás los ingresos no excedan de 2.000 euros mensuales. En las próximas elecciones ya sabrá cada uno a lo que le tira... Si no repiten, ya encontraremos políticos honestos y trabajadores entre albañiles, desempleados, carpinteros, maestros, enfermeras, camioneros, estudiantes, lampistas, periodistas y demás. ¿Lo harían peor? No lo creo. Que me perdonen las honorables excepciones. Y ya lo sé: soy una pobre víctima de la demagogia, del poco patriotismo, de la desinformación... Sigamos todos en silencio...
Luis M. Palomares/ Cerdanyola del Vallès
   Torear a la prensa es muy fácil hoy día. Los bien pagados tienen poco de profesionales, los verdaderos profesionales están en la calle (a verlas venir) y no en las redacciones.




jueves, 3 de junio de 2010

Periodismo inútil

   "El periodismo tiene una función de denuncia, pero también tiene una labor de ejemplo, de buscar y explicar las acciones positivas. Y ahora no hace ni una cosa ni otra", así de contundente se muestra Rosa María Calaf, ex corresponsal de TVE y que ha conocido 160 países en http://www.bilbao.net/.
    "Lamentablemente en vez de tener una prensa fuerte, veraz, rigurosa en su compromiso social, al servicio de la ciudadanía y la sociedad, estamos por el contrario con una prensa que más bien se sirve de la sociedad, cuyo auténtico fin es hacer negocio".
   "España es un claro ejemplo, como Italia, de interferencia de los negocios y la política en los medios de comunicación en una promiscuidad altamente peligrosa"

miércoles, 2 de junio de 2010

Violación de datos

   Las denuncias de ciudadanos ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) crecieron el pasado año un 75 por ciento respecto a las cifras del año anterior y estuvieron relacionadas sobre todo con Internet, la videovigilancia y con la inclusión indebida de datos en listas de morosos (agencias/ 2.06.10).

    “Abrir con vapor un sobre nunca ha sido tan sencillo y difícil de descubrir como en efecto lo es ahora en Internet”, dijo en su día Bill Gates. Lo más celosamente guardado por el ser humano, la intimidad, es expuesta en un escaparate a la vista de todo el mundo. Al tiempo que hemos entrado en la cibernética hemos alcanzado el climax del fisgoneo: atisbar para ver lo que pasa en la casa del vecino. Los datos se violan aunque estén custodiados en la caja fuerte.

   Sólo con una contundente Ley de Protección de Datos, con sanciones ejemplares,  los ciudadanos serían inmunes al mercadeo de la información confidencial. El acceso casi instantáneo a la información comporta nuevos desafíos para los derechos fundamentales relativos a la intimidad de las personas, impensables hace sólo algunos años. Precisamente el talón de Aquiles de la empresa –con especial incidencia en la PYME- reside en su Base de Datos.



martes, 1 de junio de 2010

Tiempo libre

   En el 2009 el número de hombres dedicados a las labores domésticas creció más de un 14%, mientras que el de las mujeres bajó casi un 5%, según el IV Perfil de la Mujer Trabajadora realizado por la fundación Adecco. Las mujeres disponen de una hora menos de tiempo libre que los hombres, porque, aunque trabajan dos horas menos fuera de casa, dedican tres horas más que ellos a las tareas domésticas.

Los expertos/as de la citada fundación han encontrado tiempo para extraer estas conclusiones:



30 minutos. Los hombres emplean poco más de media hora en la cocina y las labores del hogar (INE).

29 minutos. El cuidado de la ropa ocupa a las mujeres 29 minutos diarios más que a los hombres.

15 minutos. Las mujeres dedican a la compra una media hora y los hombres, un cuarto (INE).

14 minutos. La atención a los hijos supone para las mujeres 24 minutos diarios, 14 minutos al día más que a los padres