lunes, 28 de febrero de 2011

Abres la ventana y te siguen la pista

   Muchas personas abren esta ventana y tienen cerradas las de su casa. Se asoman curiosos a la Red porque no quieren ver lo que tienen dentro de su hogar.

   Internet les proporciona fácilmente la huída de los problemas cotidianos. Muchos ciberciudadanos/as no dejan ver en su conexión (un grito de ayuda) pese a que les resulte insoportable su entorno. Buscan aquí la vida mejor que no tienen...
   Los ciudadanos/as que conviven en Internet tratan de ofrecer por lo general un perfil bajo. Tienen ese miedo atávico a ser reconocidos y a que se desvele su identidad. Pero pese al tupido velo con que tratan de proteger su intimidad siempre dejan pistas, que delatan en la forma de expresar sus pensamientos y sobre todo sus emociones.

   Uno puede saber mucho de una persona cuando confiesa el libro que lee o su música preferida. Aunque los hay tan ladinos que sobre esto tan superficial también mienten. Pero pese al engaño siempre hay huellas en la arena para seguir el rastro. En la Red hay ciudadanos/as muy herméticos (cuelgan fotografías, pinturas, bisutería y poco más) o muy extrovertidos (enseñan hasta su dormitorio y las hojas de su diario). Entre estos dos extremos se mueven el resto de los cibermortales. ¿Para qué quieren estar los ciudadanos/as en la Red? La mayoría para buscar encuentros superficiales; unos pocos para intercambiar reflexiones sobre los distintos modos de vida...

sábado, 26 de febrero de 2011

Si Borges levantara la cabeza

   Ha llegado para quedarse. Cada vez  se ven más -mujeres por cierto- en el metro leyendo ávidas página tras página.

   El libro electrónico se puede leer al borde del agua. No hace falta gran concentración. El viento no se lleva las páginas. Y tal vez algún día -quizá ahora- se puedan ya subrayar sus páginas. La quema de libros por fin ha terminado.

¡Pican, pican...!

   Le sobraba toda la paciencia del  mundo. Largó el sedal a la Red y esperó. La caña se tensó.

   Había puesto un anzuelo nuevo. Y picaron, vaya si picaron.

   Una lluvia de comentarios hirientes le inundó. Entonces sonrió. Ya no estaba sólo.

El soplón (presunto)

   En la facultad de Económicas de Bilbao, Sarriko, donde me matriculé se vivía una etapa muy conflictiva. De ello parecía disfrutar un siniestro personaje que campaba a sus anchas por los pasillos.

   Consciente de que una época se acababa personificaba el terror entre los estudiantes. ‘El Pela’, bajo de estatura, delgado, un manojo de nervios y con mala leche aparecía de improviso en la cafetería y el bullicio se transformaba en un espeso silencio. Con su andar crispado, el eterno puro en la boca con la brasa roja incandescente, se aposentaba en la barra mirándonos con desprecio. Muchos estudiantes le odiaban y él lo sabía y le gustaba ser el enemigo. Apuraba la copa de coñac y salía mirando hacia las mesas con descaro, mientras las brasas del puro se desprendían amenazadoras.


   La continúa entrada de los grises a caballo, verlos desde el interior por la cristalera era como estar viendo una película en primera fila, originaba muchas protestas. Las sentadas que hacíamos los estudiantes en el suelo ya eran legendarias. Los enfrentamientos de los estudiantes con este personaje autoritario, empezaron a interesar a los periódicos de Bilbao (La Gaceta del Norte y El Correo). Y cómo no al extenderse el conflicto, también se hizo eco la revista Cambio 16 a través de su corresponsal en Euskadi. El conflicto empezaba a tomar un cariz muy violento. A los novatos la presencia de ‘El Pela’ les acojonaba. Por sus formas y manera de gesticular era como un pequeño gángster de serie b. En momentos de gran tensión le escoltaba Simón, su fiel guardaespaldas. Un bedel de gran corpachón que al ser muy cargado de espaldas era conocido como el jorobado de Notre Dame. Las caricaturas de ambos, muy populares entre los estudiantes, corrían de mano en mano.

   Una mañana ante la brutal irrupción de los antidisturbios salimos por la parte de atrás de la facultad. Corríamos como alma que lleva el diablo, con el corazón en un puño, volviendo la cabeza por si veíamos acercarse a los grises. El ulular de las sirenas cada vez más cercano nos intimidaba. Trepamos y saltamos varios muros y cruzamos la vía férrea hasta llegar al borde de la ría. El agua color chocolate y el cielo gris no invitaban a la euforia. Las viejas fábricas del Nervión echaban un denso humo gris por sus altas chimeneas. Era un paisaje desolador. Pero ya no escuchábamos más sirena que la de los barcos. Nos juntamos cuatro o cinco estudiantes. Algunos nos conocíamos de vista. Nos miramos detenidamente, como preguntándonos qué hacer. El que tenía más iniciativa nos animó a coger el gasolino, la barca a motor que utilizaban los lugareños para pasar de una a otra orilla.


   Con el traqueteo del motor íbamos guiados por el silencioso patrón hasta la otra orilla. Sospechábamos unos de otros. La delación y la calumnia estaban a la orden del día. Alguien insinuó que el muchacho del mostacho negro, de ojos claros y pelo largo, sentado en la popa, natural de Burgos, y aquejado de timidez, era un soplón, pertenecía a la secreta o con toda seguridad era un miembro de la Brigada Político Social. Lo recuerdo sentado en la popa, apenas un monosílabo salió de sus labios, los hombros encogidos, como pidiendo perdón por acompañarnos.

viernes, 25 de febrero de 2011

La soga en casa del ahorcado

   En un alarde de transparencia filiales de Prisa informan de los conflictos acaecidos por los despidos de periodistas. Los medios de la competencia que también han firmado despidos 'hacen sangre'.

   El periodista precario avanza, mientras las multinacionales de la comunicación se forran. Un símil tan parecido a los beneficios anunciados por las multinacioniales españolas mientras anuncian nuevos despidos de miles de trabajadores. De nuevo hay terreno abonado para la demagocia. ¿Dónde está el dinero? ...

(la foto es de http://www.elpais.com/)

DESPRESTIGIAR LA PROFESIÓN

"Buscamos estudiantes de periodismo o sucedáneos (web de fútbol). Dale más visibilidad a este anuncio
103 personas han visto este anuncio". Los autores del anuncio se retratan sólos. Para periodista vale cualquiera. El primero que pase por la calle tiene plaza.


   "Los creadores de Diario Anti Marca, estamos desarrollando un nuevo proyecto web de carácter deportivo. Buscamos estudiantes de periodismo, periodistas, personas con el don de la escritura…en definitiva, gente que quiera y sepa escribir. Pero sobretodo, buscamos personas con ética, moral, humildad, profesionalidad, con respeto a todas las peronas y que AME el fútbol. Buscamos de todas partes de España, queremos cubrir la información de todos los equipos de 1ª División, así pues, si eres aficionado de un equipo en concreto mejor. Considero que es una gran oportunidad para daros a conocer. ¿Porqué? Los datos de de Diario Anti Marca son: Facebook más de 11.000 fans, Twitter 1.300 seguidores,
130.000 visitas/mensuales en la web. El nuevo proyecto es mucho más ambicioso y estimamos tener mayor repercusión. Si te interesa, reúnes estas cualidades y quieres colaborar en nuestro nuevo proyecto, solicita más información. Por favor, háblame de ti en el correo, quiero conocerte mínimamente, por ejemplo, lugar de residencia, edad, preferencias futbolísticas, motivos por los que te gustaría colaborar y qué quieres aportar. Gracias de antemano".
+INFO: http://www.anti-marca.com/buscamos-colaboradores-para-el-nuevo-proyecto/







miércoles, 23 de febrero de 2011

Pies en polvorosa

   Un día sin saber por qué a todo se le acaba cogiendo manía. A tu casa, a los estudios, a la ciudad en la que vives y hasta a los amigos. Ellos también suponen un freno. Así que te planteas empezar a dejar de verlos para evitar que interfieran en la decisión tomada.

   Esa mañana te levantas detestándolo todo. Una fuerza interior te exige poner pies en polvorosa y buscas para despedirte un lugar que recordarás siempre. Desde lo alto del monte Archanda gritas a pleno pulmón: ¡Bilbao, ahí te quedas! No hay un eco que devuelva tu última llamada de auxilio. Así que solitario fumas un cigarrillo, para ti el de la despedida, mientras contemplas el bocho, esa inmensa hondonada en la que cabe el Nervión, entonces una ría color chocolate, San Mamés, la catedral del fútbol, y poco más.
La ciudad se ve cada vez más lejana como un plano que se desdibuja. Hay niebla en los ojos. Ves caer la noche sobre las casas, incluida la tuya, que se iluminan gradualmente. Abajo serpentean luces por las carreteras circundantes, los faros de los automóviles van señalando el camino de regreso a casa. Sobre las aguas de la ría los potentes focos de un trasatlántico anuncian que emprende una larga travesía. Un viaje del que no te importaría formar parte.
Ahí en lo alto, con la ciudad a los pies, un gran vacío te devora. De golpe lo dejas todo, amigos, familia, una forma de vivir y te resistes aunque la decisión, sin ser tu plenamente consciente, ya ha sido tomada.

   Te decides a bajar del monte, tomando el funicular rojo y blanco que repta como un caracol llevando en su interior familias alegres y parejas de enamorados. Miras por la ventanilla contemplando miles de lucecitas tras las que imaginas una vida feliz y subes la vista hasta la ladera del monte, una mancha incierta, y más arriba el cielo estrellado te anuncia el final del día.

martes, 22 de febrero de 2011

¿Gustaré a las chicas?...

   La sastrería de mi padre era un pequeño local, con tres plantas, con el espacio muy aprovechado.

   En la planta de la calle, a la izquierda había un pequeño mostrador vitrina en donde estaba expuestos a la vista de la clientela gemelos, cinturones y slips; encima del mostrador un soporte muestrario con corbatas, detrás unos armario con todo el género y enfrente una amplia vitrina iluminada con camisas y corbatas colocadas de la forma más seductora. Unas escaleras de madera subían al probador una diminuta habitación con un espejo a tamaño natural de tres cuerpos.



   Al fondo de la planta de calle estaba la mesa de cortar con la pañería en los estantes. Al lado de la mesa de cortar descendían unas escaleras al taller, en donde un oficial dirigía a varias chicas. Había dos mesas con sus planchas, máquinas de coser a pedales y taburetes. Contaba en un cuartucho con un retrete mísero, el único de la tienda.
   En la sastrería vino el despertar al sexo con la joven aprendiza. Se colocaba muy recatada en el pequeño mostrador de las corbatas mirando hacia la calle. Si pasabas a su lado podías oler su perfume a jabón luxe de tocador. No hablaba mucho. Para pretenderla el truco estaba en hacerle cosquillas, se reía y disimuladamente la rozabas. Con catorce años subía las escaleras hacia el probador y empezaba a contemplarme en el espejo de tres cuerpos. Uno podía girarse y contemplarse desde todos los ángulos y ver su cuerpo en todas las perspectivas. ¿Gustaré a las chicas?...

domingo, 20 de febrero de 2011

Una fortaleza incendiaria contra el régimen

   En el Madrid agonizante del general el ‘Johnny’ era una isla de libertad. Una fortaleza incendiaria contra el régimen. Provocar era tan fácil como invitar a un cantautor al escenario, promover una conferencia en la que se hablara de paz y libertad o recoger firmas para un acto solidario.


   Un día al celebrarse un acto no autorizado la autoridad gubernativa ordenó el desalojo inmediato del colegio. Desde la calle hasta el vestíbulo que no podían traspasar, los grises apretando las mandíbulas y agitando las porras esperaban impacientes como el perro guardián a su presa. Montaron un inexpugnable cordón policial para que nadie entrara ni saliera del recinto. Cuando se dio la orden de desalojo se obligó a estudiantes y conferenciantes (profesores, artistas, algún futuro ministro) a abandonar el salón de actos y salir a la calle. Según pasaban los policías cargaban con saña. Aunque los asistentes se cubrían la cabeza con antebrazos y codos, las porras rompían las muñecas y rebotaban en los cuerpos, haciendo que alguno cayera conmocionado.

“Esquivé con la mano un golpe de la culata de la pistola a la cabeza, de un famoso policía de entonces, que a punto estuvo de costarme escayolar el dedo pulgar y que me dejó una huella para siempre”, declara un testigo. El médico del Colegio realizó más de trescientos certificados médicos de heridos y por ello sufrió el acoso de las autoridades. La policía se llevaba después del registro algún póster del Che Guevara o de Jesucristo, los más abundantes en las habitaciones, y también de Fidel Castro, Ho Chi Min y hasta del propio Lumumba del Congo. Pero ninguna propaganda ilegal, que es lo que al parecer buscaban.

Tenía compañeros de provincias que se alojaban en el Johnny durante todo el curso. Las habitaciones pequeñas en forma de vagón de tren, tenían a la derecha el cuarto de baño, un armario, la mesa y silla de estudios con un anaquel en la pared para los libros. Al fondo una cama estrecha, con una ventana exterior al arbolado para los más afortunados.

Ir a cenar al San Juan Evangelista era una fiesta en días señalados. Un colegiado te conseguía un ticket y te presentabas como externo. Hacías cola entre jóvenes bromistas y soliviantados

- ¿Sabéis cuánto le queda a la momia?

- Dicen que de este mes no pasa.

La voz del Caudillo cada vez más aflautada era un lejano eco de sus arengas militares, recias y viriles; la mano cada vez más lacia le caía en la frágil cadera, la mirada estrábica delataba su desorientación. Los sollozos repentinos eran emociones incontrolables de viejo.

Los viernes por la noche centenares de jóvenes afluían al Johnny para los festivales de música (una protesta encubierta al franquismo), teatro, seminarios, conferencias, cine club, etc. Pero las noches de los viernes también había licencia para que las chicas pudieran entrar. Al salir de la habitación de un compañero vi parejas por los pasillos. Pero sobre todo el San Juan era el templo del Jazz. Muchos venían de fuera de Madrid sólo por ver a los grandes.

viernes, 18 de febrero de 2011

Como el cuchillo en la carne


   La niña entró en la adolescencia como el cuchillo penetra en la carne. La página de sucesos del periódico pasó a convertirse en su Biblia particular. Con unas tijeras largas y afiladas recortaba los crímenes hasta llenar un álbum; luego, lo encuadernaba y aspiraba el olor de la sangre, el sexo y las vísceras.

   Antes de entrar en la difícil adolescencia era una niña extremadamente dulce; de esas que recogen en su regazo un pájaro con las alas rotas y lo anegan de lágrimas. Cuando se vale por si solo lo echan a volar y mientras disfrutan con su alegre batir de alas rebrotan las lágrimas. Rubia como un ángel y de intensos ojos azules, sus progenitores creían a Rosa una estrella en un firmamento limpio. Fue a los doce años, al romper la pubertad, cuando empezó a excitarle el mal. Lourdes pelo ensortijado y ojos verdes fue su obsesión. Compañera de instituto, tenía la cara radiante pero el cuerpo se le afeaba en unas anchas caderas que contrastaban con sus hombros escurridos. Su andar patoso la delataba.
   Una noche insomne llegó la señal. Rosa saltó de la cama y se plantó en la mullida alfombra. Todo el cuerpo le temblaba. Se vistió con apresuramiento sin atreverse a mirarse al espejo, un espejo gigantesco que le devolvía su imagen quintuplicada. Bajó de puntillas, los pies menudos flotando sobre la escalera, hasta el despacho de su padre. El abrecartas brillaba sobre la mesa como oro líquido. Lo cogió con su mano infantil y salió al porche. Con premura se deslizó por el paseo ajardinado tenuemente iluminado por farolas isabelinas. El abrecartas encerrado en el puño como un frágil tesoro emitía destellos dorados cuando abría sus ágiles dedos.

   A doscientos metros, en línea recta, estaba la casa de Lourdes. Una mansión señorial sobre cuya fachada la madreselva se enredaba en un discurrir sin fin. Sus pies menudos flotan por la vereda bajo la luna llena. Su compañera dormía plácidamente, los brazos cruzados sobre el pecho, el pelo ensortijado caído sobre las cejas tan negras como el carbón. Un hilillo de baba escurre por las comisuras de sus labios carnosos; la fuerza de Lourdes está en esos labios rotundos que se abren como una planta carnívora. La desmañada adolescente cuando habla parece que fuera a devorar a su interlocutor. En el recreo, escondida tras un rododendro, Rosa se extasía con el fluir de esos labios gruesos y rojizos; unos labios que le causan un inexplicable temor cuando sonríen.
   Pisa la hojarasca y siente como se deshace en partículas de polvo bajo sus pies menudos. Con decisión trepa por la húmeda fachada, las manitas arrancando trozos de madreselva; lleva el abrecartas sujeto en la boca como un pirata que trepara al palo mayor. Un golpe seco en la ventana sobresalta a Lourdes y le hace abrir sus verdes ojos asombrados bajo unas pestañas largas y rizadas. Sentada en la cama escucha un repiqueteo insistente de unos frágiles nudillos que confunde con la lluvia. Con decisión pega su rostro al cristal. No llueve. En lo alto la luna llena parece jugar entre las nubes. Encaramado en el alféizar le sorprende el cuerpo grácil y menudo de la extraña compañera de instituto. Al reconocerla da un tímido paso hacia atrás. Animada por su angelical sonrisa abre la ventana.

   Rosa da un salto al interior y empieza a jadear de manera convulsa sobre la mullida alfombra. Su mano infantil se abre como una flor. El abrecartas resplandece. Con un certero impulso lo deja prendido en el tierno corazón de Lourdes, que se desploma sin un gemido. Arrodillada ante su obra avista el círculo blanco corriendo desesperado hacia el Norte. Como un ángel sale por la ventana que deja entreabierta. A la mañana siguiente despierta en su lecho con un fuerte dolor de cabeza. Su padre está postrado en su butaca azul, la cabeza cana hundida entre las hojas del periódico; su madre, apoyada en la cómoda, sostiene un arrugado pañuelo entre las manos.

-¿Qué sucede?- pregunta con la voz apostada de quien regresa de un sueño.
- Una chica de tu colegio ha sido asesinada- le anuncia su padre, la voz quebrada, la cabeza oculta en el periódico.
- Dicen que un abrecartas le partió el corazón.
- Pobre niña! ¡Qué muerte más horrible!- suspira la madre, la punta del pañuelo clavada en el lagrimal.
Y añade:
-Hoy no quiero que salgas de casa, ángel mío. La muerte acecha.
Apenas acabada la frase retumba la aldaba de bronce.
Su madre mira con ojos de espanto al comisario. Sin dar las buenas noches ha preguntado por la existencia de un abrecartas chapado en oro.
-Tengo uno igual en el escritorio y ahí seguirá- responde la inocente voz el padre.
No tarda en regresar, demudado y envejecido; las manos vacías balanceándose hacia el techo. El grito de histeria de la madre hace vibrar los cristales de las ventanas.


”...Lourdes Nombela era el ala de mosca arrancada por un niño una tarde de aburrimiento; el muñeco destrozado contra la pared en un momento de ofuscación; la gota de sangre que brota del suelo cuando se rompe un espejo...” Adolfo Oyarzun, el psiquiatra, siente un placer inexplicable con esta lectura, es como el gozo que experimenta el entomólogo ante un insecto que creía extinguido. El diario le fue entregado por la policía junto con el album de recortes sangrientos de Rosita Cintrón.
   El primer recorte procede del tablón de avisos del instituto. Con el encabezamiento de A nuestro querido alumno se prendió en el corcho una hoja del periódico local. Mario Cantón hallado desnudo con la cabeza en el río, leyeron alumnos y profesores en el rojo titular. Rosita Cintrón quedó petrificada ante la visión de aquella hoja mágica encerrada en la vitrina de cristal iluminada con una pequeña fluorescente y protegida con un candado que parecía de juguete.
   Alumnos y profesores alertados por la trágica noticia cabeceaban histéricos ante el panel. A punto de perecer por aplastamiento la niña fue ganando terreno a fuerza de voluntariosos y certeros codazos en estómagos, glúteos y genitales. Al final de la tarde, el pasillo solitario, se quedó transpuesta ante el recordatorio de Mario Cantón. Bajo la hoja de sucesos, fuera de la vitrina, colgaba un manojo de folios blancos encabezados por la rúbrica del director del instituto. No firmó. Hipnotizada leyó una y otra vez la secuencia de los hechos: “Un pescador encontró en la tarde de ayer el cuerpo sin vida de Mario Cantón. El niño al que en un principio creyó desvanecido, pudo comprobar horrorizado que tenía la cabeza dentro del agua. Suspendida en la corriente flotaba como una hoja su manita amoratada.

   Poco después la policía se personó en el lugar de los hechos y esperó a que el juez de guardia ordenara el levantamiento del cadáver para iniciar las oportunas diligencias. Mario Cantón desapareció cuando se dirigía del instituto a su domicilio distante apenas un kilómetro. Un testigo aseguró haberle visto a las tres de la tarde corretear por la vereda que conduce al viejo molino. El médico forense dictaminó que “el niño fue salvajemente agredido, le ensartaron con saña un palo en el ano...”. Una mano indulgente borró con rotulador el resto del informe pericial. Rosita Cintrón saltó con una horquilla del pelo el cierre del candado, deslizó el cristal biselado con suavidad y se apropió del recorte. Esa noche bajo la luz de una lámpara consultó en el diccionario la jerga utilizada por el periodista; había palabras que sentía violentas y le llegaban muy hondo aunque desconociera su significado. Leído su primer recorte, con sus manitas angelicales lo pegó y encuadernó en su album con el lomo de color rojo sangre.

- ¿Por qué lo hiciste?
- Fue por necesidad.

Esta era la parca confesión recogida en el informe de la policía. Adolfo Oyarzun con el sumario en la mano da vueltas a la imperiosa respuesta de la adolescente; en la otra mano agita una ficha en la que se contienen los datos básicos de su perfil: doce años, infancia feliz, padres comprensivos y cariñosos. Adora a las plantas y a los animales y es niña de grandes virtudes. Cada vez se tropieza uno con más personas sociables, amables en extremo, discretas según sus amigos, y asesinos natos en versión policial. Nadie sospecharía de un ángel rubio de intensos ojos azules, medita mientras en sus oídos resuena la brutal confesión: fue por necesidad.

   A mi niña tan solo le faltan alas- confiesa su madre echada en el diván bajo los efectos de una fuerte depresión.

   Con voz sedada rememora ante el psiquiatra aquél día en que mirándose al espejo vio desplegarse de sus costados unas alas blancas como la nieve.

-Mi niña alzaba las alas y se ponía a aletear con una risa loca.
   Tras suministrarle un calmante la imagen de su niña flota por toda la habitación hasta que se sienta con desmayo infantil, un pajarillo de alas rotas en su regazo.

-Mamá, ¿crees que se salvará?
  La niña, pálido el rostro, humedecidas las mejillas, indaga en el origen de la pena empañados sus dulces ojos azules. El pajarillo se estremece en el cuenco que forma su mano; el temblor de las plumas le hace sentir un alegre cosquilleo, un placer liviano que le obliga a cerrar los ojos y soñar.
-Con sus frágiles dedos le apretó el cuello, el pajarito abrió los ojos como si adivinara lo que iba a suceder. Aún me cuesta creerlo pero quedó muerto en su regazo- confiesa la madre.
-En el fondo le gustaba sentirlo agonizar entre sus blancas manitas. Eso le confería poder- subraya lacónico el psiquiatra.
“Rosita Cintrón jugaba a adelantarse a la muerte”, teclea el psiquiatra en su ordenador.
   Y continua: “En los primeros juegos de infancia se aprende a matar. A matar y a hacerse el muerto. Una dualidad que se vive desde muy niño. Estoy muerto y te mato, te mato y muero, esta es la cadena que envuelve nuestra vida. El niño se apropia bien pequeño de la muerte, no tarda en sentirse su único dueño. Tumbarse en el suelo, aquietar la respiración y no mover un músculo. Ese es el secreto. Inmóvil escucha como todo palpita a su alrededor mientras cree que los demás le ven muerto, entonces nada siente y se cree un objeto inerte en el suelo. Hasta que estallan las risas desconcertadas de sus compañeros y entonces de un salto se levanta y ríe a carcajadas. Esa risa histriónica es la señal para volver a la vida.”
   Deja de teclear, se pone en pie y discursea ante la madre a la que considera una víctima de las circunstancias.
-A Rosita Cintrón le agrada el susto que lleva aparejada la muerte. Siento decírselo a usted como madre que es pero su hija disfruta con la elocuencia de un grito de terror o con la expresión de unos ojos angustiados.
-¿Qué me trata de decir?
-Lourdes Nombela no fue su única víctima.
La madre da manotazos en el aire y abre y cierra los puños como si jugara a atrapar algo escurridizo.
- Mi niña es un ángel que revolotea a mi alrededor.
- Debe aceptarlo cuanto antes –Adolfo Oyarzun le apunta con el índice al corazón- primero por el bien de usted, y luego por el de su hija.
- Mi niña es un ángel, un ángel bendito. Nunca haría mal a nadie.



   Minutos antes de que partiera para el reformatorio su madre, henchida de gozo y orgullo, dijo a sus amistades:
-¡Que mayor se ha hecho nuestra niña! Se va a un internado de las monjas Clarisas.
   Su padre parado en el porche, no alzó la mano cuando arrancó el coche policial aunque el corazón se lo demandara. En ese preciso instante pensaba en como su niña había mudado de piel como una serpiente. El coche policial se pierde al fondo de la avenida. Rosa Cintrón mira al frente y sonríe como una niña a la que llevaran de excursión. Sus padres recuerdan todavía su cabello de ángel flotando tras el cristal.





miércoles, 16 de febrero de 2011

Rubalcaba+desempleados=pérdida de elecciones

   Parece mentira que al calificado como miembro más inteligente del Gobierno le haga morder el anzuelo una chiquilla de la derecha civilizada. Rubalcaba ha perdido una vez más los nervios ante Soraya Sáenz de Santamaría. La popular sabe llevarle al redil cuando quiere. Lo triste es que al igual que otros miembros del Gobierno y de la oposición, el vicepresidente y ministro del Interior juegue con el drama de los parados.

   "Coger los cientos de millones de la trama Gürtel, dividir por el salario mínimo de un español y saber el número de desempleados que podríamos haber contratado en España si usted o, perdón, la gente de su partido no hubiera, presuntamente, robado". Esto le dijo el que creíamos caballero templado a la dama popular. La ecuación se ha vuelto en su contra: Rubalcaba+desempleados=pérdida de elecciones.
   Este es un momento para recordar una vez más como el parado no deja de ser mercancía electoral. Ahí van las frases más sangrantes:

Caladero de votos
“Que nadie quede abandonado a su suerte, aunque pierda su puesto de trabajo”
José Luis Rodríguez Zapatero
“Cada familia que ha visto cómo pierde su empleo un padre o un hijo que sepa que el Gobierno está trabajando por ellos cada día y que hará todo lo que esté en su mano para que no tenga una situación de grave dificultad”
José Luis Rodríguez Zapatero

“Tengo varios familiares en desempleo, sí, y procuro ayudarlos. En los peores momentos de paro, la institución familiar salvó la situación y ahora volverá a hacerlo. La red de solidaridad más importante que existe es la familia; por eso dedicarse a destruir la familia y sus valores es bastante absurdo”.
José María Aznar

«La recuperación económica llegará cuando Zapatero se quede sin empleo y Mariano Rajoy sea el presidente de la nación»
Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid

“No se sabe cuál es la calidad de un gobernante hasta que no se enfrenta a una crisis”
Felipe González

“Este Gobierno debería terminar cuanto antes”
José María Aznar, ex presidente

"Creo que el PP ha establecido una estrategia de cocernos a fuego lento. No va a ayudar a que salgamos"
Ramón Jáuregui, cuando era candidato socialista a las elecciones europeas

“Rajoy quiere llegar a La Moncloa a costa del sufrimiento de la gente que pierde su empleo”
José Blanco, cuando era vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento

"Si no es capaz de gobernar, déjenos a los españoles decidir quién nos gobierna"
Rosa Díez (UPyD)






martes, 15 de febrero de 2011

Creencias de niño que se derrumban

   De niño con el corazón acelerado llegaba hasta la iglesia de San Felicísimo en el bilbaíno barrio de Deusto. Lo que había en su interior me atraía poderosamente. No sé como explicarlo. Aunque haya dejado de creer, perdí la fe al poco de hacer la primera comunión, lo que está fuera de lo común me llama la atención.

   Al pisar la nave central el olor a incienso me recuerda las mañanas de domingo arrodillado en el reclinatorio escuchando las prédicas del párroco. Entonces las llamas del infierno acechaban. Presa de una curiosidad malsana me acercaba hasta el fondo de la nave pisando suavemente. En la urna de cristal sigue hoy el que yo creía el cuerpo incorrupto del santo. Corto de estatura, apenas uno cincuenta, San Felicísimo tiene la cara macilenta, del hábito sobresalen sus pies ennegrecidos y los dedos como lapiceros afilados, las uñas crecidas como garras. Tiene la piel apergaminada. Me impresiona sobremanera el tajo en el cuello.
Ahora publicaciones sacadas de Internet me desvelan la realidad: "El cuerpo de San Felicisimo no se converva incorrupto. La imagen que se venera expuesta en la urna es como la concha que encierra la perla; es decir, los huesos benditos, las santas reliquias del Mártir que descubiertas en las catacumbas romanas fueron traidas a Bilbao como el más preciado de todos los tesoros..."
A quien le interese más información puede visitar: http://hedatuz.euskomedia.org/2673/1/18309319.pdf

lunes, 14 de febrero de 2011

Cuernos en San Valentín

   La información se trajinaba y se servía como un instrumento de poder. “Si haces eso yo evitaré que publiquen lo otro”, se escuchaba a menudo.

   "Si estaba naciendo un amorío entre la gente del mundillo, el personal sabía que tenía que poner punto en boca. Los maridos y las esposas eran siempre los últimos en enterarse de que sus respectivos cónyuges se la estaban jugando”.
Shirley Maclaine Baila mientras puedas (su libro de memorias).

   La famosa actriz tuvo que poner punto en boca infinidad de veces para no dar carnaza a la prensa del  corazón. Hoy día de San Valentín habrá enamorados y falsos enamorados. Estos últimos están en la lista negra de Shirley Maclaine.

domingo, 13 de febrero de 2011

Benedetti te debo este domingo

   La muerte y otras sorpresas podría ser mi libro de cabecera. Lo abro y me entra el aire taciturno de su mirada al tiempo que sus palabras parecen darme palmadas en la espalda. Le debo este domingo al uruguayo Mario Benedetti y a él se lo dedico. No merece menos.

   Hace casi dos años que se nos fue pero yo disfruto con este encuentro. Y más cuando me habla: "los lectores que siempre han respirado a todo pulmón y a todo bronquio, no pueden ni por asomo imaginar el resguardo tribal que proporciona la condición de asmático". Benedetti se defendía. La enfermedad que le acompañó toda su vida, daba cadencia y ritmo a su escritura. Domingo para el escritor de los párpados caídos.

Jóvenes en la noche

   Son esas horas en las que verdaderamente se sienten libres, dueños de su vida y del mundo. Se sueltan la melena y se sientan en las aceras a ver pasar la vida.

   Para ellos el tiempo pasa alegre, confiado, sin mirar el reloj. Lo consultan una y otra vez sus padres.  Algunos no pueden parar quietos en casa. Dan vueltas, ven la tele sin verla, apuran una conversación, derraman una copa y de nuevo se preguntan: ¿qué hará en este momento, mi hijo? Hasta que uno de los dos cae en la cuenta de que una vez también fueron jóvenes. Y arrasaban en las discotecas. También fueron jóvenes nocturnos.

   En la noche las ciudades de todo el mundo se pueblan de jóvenes. Van con la sonrisa distendida, los músculos flojos, con ganas de una cita. El cruce de miradas se multiplica de una a otra acera, también los gritos y los saludos son más elocuentes. En unas horas, con la amanecida, regresarán a casa. Se echarán en la cama. Y no se les verá hasta la hora de la comida. Somnolientos, huraños. Menos libres. Así es la vida.

jueves, 10 de febrero de 2011

¿Hay luz al final del túnel?

   ¿O esté se volverá más oscuro y tenebroso? Adivinar lo que se nos viene encima en estos tiempos es una tentación incontrolable. Y cuánto más grande es la predicción que lanzas más cerca estás de ser omnipotente. Si aciertas te creerán cercano a Dios, algunos el propio Dios. Pero si fallas te arrojarán a las llamas del infierno.

   Así que para no errar y tener a todos contentos voy a seguir los sabios consejos de una reputada futuróloga que en su día profetizó: "Lo que ha sucedido en este año y medio con el cambio de previsiones constantes por parte de todos los organismos, pone de manifiesto que es una sabia decisión esperar hasta el último momento para hacer las previsiones". Parece un galimatías pero este era el sabio consejo que dio Elena Salgado, que ha llegado a dirigir la Economía de España. Esta vicepresidenta fue la que alumbró una falsa primavera con brotes verdes pero también fue la que olvidó profetizar que una helada (y no por un crudo invierno) los arrasaría.

   Y es que antes de profetizar hay que saber que todo aquél que vaticine el futuro debe tener en cuenta el comportamiento bipolar de sus predicciones (no me refiero a la ministra, pese a lo que está cayendo se la ve muy cuerda todavía) síntoma inequívoco de la esquizofrenia en que vivimos. Hay radica el riesgo y la emoción de este singular oficio: saber combinar el blanco con el negro, la alegría y la tristeza, el optimismo y el pesimismo. ¿Me siguen?...Y aunque lo parezca esto no resulta fácil. Verán porqué. Durante los últimos años asistimos sin pestañear ni derramar una lágrima a un baile incesante de indicadores económicos contradictorios que primero ofrecen un sombrío panorama y luego expectativas de mejora. Algunos dicen de estos indicadores o señales que son las mentiras encabalgadas en la crisis. Yo para ser más suave los califico de falsos espejismos. En España llevamos unos cuantos y no hace falta que los recuerde para no amargaros el día. Todos queremos saber que nos deparará el futuro. Y yo estoy en condiciones de aventurarlo mejor que nadie.

Así que para entrar en materia os propongo un reto universal: si el profeta Daniel predijo algo -que nadie había imaginado todavía, ni siquiera se sabía de su posible existencia- como fue la llegada de Jesús, El Mesías (luego se descubrió que el propio Jehová (Dios) le había pasado información privilegiada, consultar Daniel: 9:25), yo, humildemente, voy a profetizar el fin de la crisis con años, meses, días, horas, minutos y segundos…Soy consciente de que corro un gran riesgo: ser tomado por un loco, por un genio o caer en el más espantoso de los ridículos. Pero gustosamente y por el bien de la humanidad y de España me expongo a ello. Siguiendo el consejo de la vicepresidenta Elena Salgado he decidido esperar hasta el último momento para hacer mi profecía. Otros más sabios que yo me han precedido en el arte de adivinar lo que todavía no se ha producido. Pero así como ellos predicaron ruina, yo alumbraré tiempos de prosperidad.

   Corría el año 2006, cuando delante de un selecto auditorio, un economista hizo una serie de predicciones que incluían una crisis bancaria, del petróleo y una fuerte recesión, la más grande desde la Gran Depresión. Alertó además que la burbuja hipotecaria en los Estados Unidos estaba a punto de explotar. Sus predicciones fueron objeto de burla, mofa y escarnio y le faltó el canto de un duro para ser ajusticiado. En este 2011 yo me atrevo –y os pongo a todos por testigo- a correr los riesgos que corrió Nouriel Roubini que así se llamaba este santo que profetizó la crisis mundial. Lamentablemente Roubini (nacido en Turquía y nacionalizado norteamericano) predicó en el desierto y el mundo está pagando las consecuencias de no haberle escuchado.



   Si a Roubini lo podemos encuadrar en la categoría de los profetas mayores conviene no hacer de menos a los profetas de andar por casa que todos llevamos dentro. Es el caso de Edward Hugh, un profesor a tiempo parcial, en la edad de la jubilación y afincado en Barcelona (en la imagen con su portátil), cuya figura ha glosado nada menos que el New York Times. Durante años, nadie prestó atención a las advertencias de este británico y economista autodidacta que repetidamente predijo desde un cibercafé (enviando cual lunático un mensaje tras otro al Fondo Monetario Internacional y otros poderosos organismos) que la zona del euro no podía sobrevivir. Su razonamiento era sencillo: los ancianos y tacaños alemanes no pueden coexistir bajo el mismo techo con los irlandeses, portugueses griegos y españoles. Ahora que la crisis sacude a los mercados mundiales sus reflexiones son de lectura obligada en la Casa Blanca. Pero lamentablemente al igual que les sucede a los grandes profetas, Edward Hugh adivina las tragedias mundiales pero no las que se ciernen sobre su cabeza. Hasta el punto de que tuvo que pedir dinero prestado para comprarse ropa. Pero no perdamos el hilo. Ahí va mi predicción: las vacas gordas llegarán a las 17 horas 35 minutos 8 segundos del 30 de enero de 2014. Sólo queda esperar para santificarme o si me equivoco –algo poco probable- echarme a la hoguera. No tardará en aparecer otro profeta para alumbrar nuevas profecías.



martes, 8 de febrero de 2011

El gen de la felicidad

   La gente está empeñada en hacerme feliz. Me dicen ¿por qué no te lees el Viaje a la Felicidad de Punset? Siempre que me lo dicen pienso en un chute.

     Otro viene con una sonrisa de oreja a oreja que parece que se le va a romper la cara y me comenta de sopetón: tu lo que necesitas es La auténtica felicidad de un tal Sligman o algo parecido. También le ignoro hasta que aparece una amiga e insiste sobre el tema: a ti lo que te conviene es Sobre la felicidad de Séneca. Lo lees y luego meditas como un buda. Te sentirás mejor.

   Como es mí mejor amiga estallo y la digo: ¡yo ya soy feliz, acaso no se me nota en la cara!. Nací así, tal cual, con el gen de la felicidad, según me dijo mi madre. Pues nunca me has parecido la alegría de la huerta, me reprocha ofendida y se larga con viento fresco. Desde que nos comió la crisis las entendederas, ya va para más de dos años, no hacen más que brotar libros de autoayuda cual si fueran amapolas. A los citados en busca de la ansiada felicidad puedo añadir El camino de la felicidad de un tal Bucay, El mito de la felicidad del filósofo Gustavo Bueno y hasta uno de un sabelotodo que se titula nada menos que Las trampas de la felicidad. Ser feliz tiene truco, que no lo puede ser cualquiera y menos aparentarlo.

   Les pongo un ejemplo cercano y que toca a muchos ciudadanos: ¿Tiene un parado derecho a la felicidad? ¿Cómo se puede ser feliz cuando la vida le da la espalda? me pregunto. Resulta cuándo menos sospechoso, ¿verdad? La sola invocación de la existencia de la felicidad puede herir a aquellos que no la tienen. La satisfacción que exhiben los triunfadores, duele a los fracasados. Sin embargo, todos hemos experimentado como en horas bajas se agradece estar cerca de alguien que transmita alegría, optimismo, ganas de vivir. Esto último parece el argumento de uno de esos libros de autoayuda. Y tanto me estoy convenciendo que voy a escribir uno que será un best-seller. ¿Qué cuál? Pues está muy claro: El parado feliz así es como lo titularé.

      La alegría de vivir sorprende encontrarla en los suburbios africanos, en las favelas de Brasil, en los centenares de niños que recogen objetos usados entre las montañas de basura, pero la tenemos también en España. “El otro día conocí a un taxista de Cádiz tremendamente optimista. Allí tienen la tasa más alta de paro, pero son los más felices de España. Todos lo hemos pasado mal. Aunque no te lo creas, yo también he sufrido la crisis”, confesaba a una revista el actor Gabino Diego. El parado puede elegir entre ser activo y feliz o pasivo e infeliz (que son las dos caras de este libro que pretendo escribir). “Ser infeliz es fácil, lo difícil es tener la suficiente inteligencia y valor para ser feliz”, sentenció un popular presentador que por timidez no me atrevo a citar.
   En España tenemos más de cuatro millones de razones para ir en busca de la felicidad. Si estás en paro y buscas la felicidad ayudarás en primer lugar a tu familia, luego a tus amigos y crearás un ambiente agradable. ¿Cómo desear feliz año a quien no va a tenerlo? se preguntaba un joven escritor al conocer el cáncer que devoraba a su padre. El escritor encontró por si mismo la respuesta: “Mientras su mirada no se relaja, la mía se evade un instante al inclinarme hacia él, y a continuación choco mi copa con la suya, le deseo feliz año y le doy un beso tratando de sonreír…”. Ahí está la clave en la sonrisa, el buen ánimo que reconforta al que padece. El parado nunca debe renunciar al anhelo de ser feliz, ni perder la esperanza de regresar al ‘paraíso’ en la tierra.

   Cuando te expulsan del mercado de trabajo debes regresar con la cabeza bien alta. Ya sé que no resulta fácil. Muchos hemos experimentado ese complejo de inferioridad. Pero ante este socavamiento de la moral deberías preguntarte: ¿Era mejor persona cuando tenía trabajo y soy peor persona ahora que estoy sin empleo? Reflexiona: no has dejado de ser la misma persona. Piensa y actúa. Si en una situación de desventaja (como sucede cuando te has quedado sin trabajo) no renuncias a tu ración de felicidad el camino te será más llevadero. Esta actitud positiva ante los contratiempos creará un entorno amable a tu alrededor. Si el parado tiende a ser feliz (al menos a intentarlo) contagiará este deseo a su familia, amigos y conocidos. Hay razones de sobra para buscar la felicidad que se pueden resumir en dos: lo frágil que es la vida y lo pronto que pasa.


miércoles, 2 de febrero de 2011

El patrón masculino arrasa en la Red (y III)

   La Red está contaminada por el lenguaje y la iconografía machista. Tienen más visitas los nuevos pechos de Sara Carbonero que las llamadas a combatir y denunciar la violencia de género.

   Me permito cerrar con este tercer capitulo mis reflexiones iniciadas en noviembre pasado (http://queunperiodico.blogspot.com/2010/11/el-patron-masculino-arrasa-en-la-red-i.html
y http://queunperiodico.blogspot.com/2010/11/el-patron-masculino-arrasa-en-la-red-ii.html)


   “La oscuridad y el silencio de las mujeres han hecho brillar como únicas cualidades plenamente humanas aquellas marcadamente vinculadas a lo que solemos entender por “hombría” o “virilidad”. Esta reflexión de Mª Dolors Renau en su libro La voz pública de las mujeres, se mantiene vigente en el mundo virtual. Y ello pese a que muchas mujeres mantienen el criterio de que Internet es un espacio genuinamente femenino. Algo que en absoluto comparto. Es como si regresáramos a la corrala o patio de vecinos, lugar ideal para que las mujeres se contaran sus cuitas.
   El gran error de las mujeres por ocupar la Red y tratar de romper el techo de cristal es haber creado guetos (con lo femenino como bandera en las webs y blog, sin apenas contrapeso masculino). Y con ello sólo han conseguido dar validez a esta otra frase de Mª Dolors Renau: “La humanidad se expresa públicamente a través del varón, de sus hazañas y productos. Y esta creencia constituye uno de los grandes pilares de nuestra cultura, conforma el entramado imaginario de nuestras relaciones sociales y políticas".

     De entrada hay que compartir y practicar (no solo pensar o creer) que Internet es de todos: sin distinción de credo, raza, sexo… Pero vayamos con ejemplos. Ahí tenemos como testimonio revelador el enclaustramiento de la propia mujer en el periódico feminista http://www.mujeresenred.net/ en el que apenas hay ventanas para lo masculino. O nos vamos a http://www.mujeryempresa.es/. En este portal de nuevo prima la reafirmación femenina y es notable la ausencia del contrapeso masculino….O contumaces expresiones guerreras y provocativas como esta: “lo peor es que vuelven a quedar sin bridas las fuerzas telúricas del poder masculino” (sic)....frase que pertenece a La mujer invisible, artículo de la magistrada Inmaculada González de Lara (10/11/2010 El País). Y muy fuerte lo del ABC en su edición on line: El aumento de pecho de Sara Carbonero hace subir la audiencia de Telecinco.
   En la Red hay mujeres con influencia, pero curiosamente no hacen gala de su condición femenina. Es el elogiable caso de la bloguera cubana Yoani Sánchez. Ningún hombre o voz masculina le hace sombra en Internet a la hora de denunciar la dictadura en Cuba. Y eso que los grandes represaliados han sido hombres que han pagado con cárcel la defensa de un país libre. Y algunos han  muerto en la defensa de sus convicciones. Yoani es el icono y ha encontrado su espacio. Pero defiende con mentalidad abierta, no feminista.

martes, 1 de febrero de 2011

¿Cómo nos ven desde fuera?

   Ante las noticias tan negativas que recogemos y transmitimos de España uno no deja de interrogarse: ¿Cómo nos ven desde fuera?

   Una barrida por la Red enseguida focaliza dos visiones: la de una España en crisis (en la cola junto a Grecia, Portugal e Irlanda) y la de una España triunfadora por los Bardem, Torres, Selección Nacional...
Está claro que si queremos dejar las colas (paro, fracaso escolar, innovación, déficit...) deberemos aprender a ser positivos. Y esto es algo que hay que empezar a practicar desde ya. Lamentablemente la proximidad de las elecciones municipales volverá a poner nuestras vergüenzas al aire. El ventilador resulta imparable. Lo que indica la escasa madurez como país.
   No podemos ser el rabo del cerdo que aún queda por desollar, según la visión de algunos de nuestros 'hermanos europeos'. Más bien debemos ser -pese a quien pese- el toro bravo que empuje nuestro futuro.

Ladrones que no se jubilan, policías que derrochan

   Siete coches de policía y un furgón. “Un despliegue espectacular. Aquí ha habido una amenaza terrorista” comentaban los testigos presenciales.

   Se quedaron mudos al ver sacar de una nave industrial a un ladrón de avanzada edad renqueando. Presuntamente se había caído del tejado –la edad tampoco perdona a los rateros-. Su compañero de fechorías no aparecía. Y los policías estaban a la espera.

   Con la crisis hasta los delincuentes no se jubilan. No pueden. El derroche en medios de policía y coches con el gasto de gasoil añadido era muy comentado (criticado). Sucedió hoy, lunes 1 de febrero, en Madrid, muy cerca de El País. ¿Qué contará el diario?
(Este minicuento es tan real como la existencia de Zapatero)

ZP daña al PSOE

   La marca ZP daña a las siglas PSOE, de ahí la retirada previsible de quien la ostenta.

   Nadie como Zapatero hipotecó un partido con su apellido. ZP ha fagocitado el PSOE hasta hacerle perder sus señas de identidad: las que tuvo cuando se fundó, no las de estos últimos años. La inteligente estrategia de convertir un político en marca se ha vuelto contra sus creadores. El desprestigio de la marca ZP arrasa con todo lo que sustenta. La marca ZP ha perdido visibilidad contenido, consistencia y objetivo. Además de rentabilidad.
   Los expertos en 'personal branding' o marca pesonal deben estar muy desilusionados. El icono de este singular modelo está en retirada. Y no creo que ningún político acepte de nuevo traspasar el límite. ZP dejará una huella de la que pocos podrán sentirse orgullosos, salvo él mismo. A menos que nos sorprenda con la brutal sinceridad de estos últimos días y reconozca abiertamente que fue demasiado lejos al convertirse en una enseña.
   Ahora las campanas tocan arrebato y hay que tratar de regenerar un partido. Y llega Rubalcaba, el químico, para intentarlo.