El emprendedor Mikhail Kokorich diseña y construye un avión cohete al que califica como el vehículo de reparto más rápido del mundo. A través de su empresa Destinus, registrada también en España, está desarrollando un avión extremadamente rápido capaz de mover carga entre continentes en 1-2 horas.
El hiperplano, híbrido entre un avión y un cohete
Este vehículo que será un híbrido entre un avión y un cohete ha sido
bautizado como hiperplano. Despegará y aterrizará horizontalmente desde los
aeropuertos utilizando propulsión a chorro de aire que se integra a la
perfección con otro aire cuando pasa por un espacio aéreo controlado. Una vez que
esté a cierta altitud y velocidad, el hiperplano cambiará a un motor de cohete
que acelerará la aeronave a una velocidad hipersónica.
El motor del cohete utilizará hidrógeno líquido como combustible y
oxígeno líquido como oxidante. El motor de chorro de aire también utilizará
hidrógeno como combustible. Un exclusivo sistema de enfriamiento activo de
hidrógeno enfriará los bordes de ataque y la nariz durante el vuelo
hipersónico. El enfriamiento activo permitirá que el acero se utilice como
material estructural, lo que hará que sea más fácil de volar y más económico de
construir. El hiperplano completará todo su vuelo de forma autónoma, desde el
despegue hasta el aterrizaje, y transmitirá datos de telemetría a través de
sistemas de comunicación terrestres y satelitales durante el vuelo.
Cero emisiones operativas
El
transporte aéreo tradicional representa el 14% de las emisiones anuales de
carbono a nivel mundial. Para ayudar a reducir esto, desde Destinus están
comprometidos a operar un negocio totalmente neutral en carbono. Se trata
de combustible de hidrógeno producido a partir de fuentes de energía 100%
renovables para alimentar todos los motores de hiperplano. Cuando se quema el
hidrógeno, los únicos subproductos son el calor y el agua. El hidrógeno es
económico de producir, lo que ayudará a permitir vuelos de hiperplano de bajo
costo.
