Cuando un banquero se retira
concede una entrevista a un medio amable al que confiesa sus pecados como si
estuviera en un confesionario. Francisco González, ex presidente del BBVA, ha entonado
el mea culpa –tarde, demasiado tarde- por la falta de sensibilidad de la banca
con los desahuciados.
— ¿Qué
le provoca la noticia de una persona que se suicida antes de ser desahuciada?
— Mucha
tristeza. En la primera parte de la crisis, en 2009 y 2010, nos faltó
sensibilidad. Yo pensaba: “Hay leyes, hay garantías y se tienen que cumplir”.
Pero faltó sensibilidad hacia los casos de exclusión social. Deberíamos
haberlos identificado para buscar soluciones, como luego se hizo: con el
alquiler social, no ejecutando…Floja memoria la suya. En 2012 ya informábamos como la banca había excluido de una solución negociada a 400.000 familias con problemas para pagar la hipoteca. Parece ser que en el código genético de la banca sensibilidad no casa con rentabilidad.
El ex banquero echa balones fuera en plan displicente
cuando el periodista le pregunta por los supuestos pagos del BBVA al ex comisario
Villarejo, hoy encarcelado, de más de cinco millones de euros durante cinco
años. “Me entero cuando aparece la primera noticia hace unos meses. Yo sabía
que el banco llevaba a cabo trabajos de inteligencia para defenderse. Hasta
donde sé, se han hecho las cosas como hay que hacerlas”.Curioso lo de F.G. sabía de los trabajos de inteligencia para defenderse por parte de la cúpula del BBVA, de la que era el máximo responsable, pero desconocía el papel encargado al inefable Villarejo. Con este argumento F.G. le da patente de corso a otros empresarios y políticos cazados por el ex-policía. "Le pagábamos por defendernos del enegimo", dirán repitiendo el mensaje del ex presidente del BBVA.
La cobardía de bancos y banqueros
El otro gran pecado de la banca, reconocido por el ex banquero es el desprecio a sus propios clientes y a los ciudadanos, en general. "La gente está enfadada con razón. Los bancos tiene que salir a la plaza y explicar su papel", dixit F.G.Y lo explica así: "Los bancos no hemos hecho bien las cosas. Los supervisores, tampoco. Los políticos, tampoco. Pero el gran fenómeno hoy es que si algo va mal con la banca se multiplica el efecto negativo a través de las redes sociales. Ha pasado últimamente con las sentencias de las hipotecas, con las cláusulas suelo, los actos jurídicos documentados [AJD]… El AJD es un impuesto que recaudamos para el Estado: no es un beneficio, pero parece que hayamos sido los autores de este problema".
Retratado como un hombre
implacable: F.G. fulminó a decenas de ejecutivos y descrito como pragmático: catapultó a otros
tantos al olimpo. F.G. es también perfilado en esta conversación como un
visionario del mundo digital.