jueves, 16 de septiembre de 2010

Cáritas,agencia de empleo

   ¿Quién puede imaginar una vida sin recursos; sin alguien en quien apoyarse; sin un lugar donde poder reposar al final de cada jornada?

   La familia ha sido tradicionalmente uno de los principales colchones que ha servido para absorber el impacto de los periodos de despidos masivos en el pasado. “No todo está perdido, me quedo con los verdaderos artífices de que hoy no estemos pidiendo en la calle: la familia, los amigos y los vecinos”, así se expresaba un joven desempleado que comenzaba su carta al director pidiendo “cereales y pañales” para su bebé. ¿Podrán las familias hacer de colchón por mucho tiempo? No siempre.

   ¿Me dejarán caer? se interroga el ciudadano de a pie al ver que pasan los días y no recibe la ayuda prometida. Hay familiares que se muestran reacios a prestar el dinero ganado con el sudor de su frente. Y hay que respetar su decisión. Se producen grandes decepciones lo que provoca la ruptura de lazos familiares ligados por varias generaciones. El colchón familiar es una verdadera excepción de nuestro país. Los padres, sobre todo, pero también los tíos y los abuelos suplen aquí a las instituciones públicas.

   A los centenares de indigentes que acuden a Cáritas, pobres de solemnidad, vagabundos aquejados de alcoholemia y drogadicción, personas con problemas mentales, se suman ahora familias jóvenes con niños pequeños o mujeres solas con cargas familiares. Los empleos cada vez más precarios y el empeoramiento de las relaciones familiares obligan a esta institución de la iglesia católica a realizar una labor asistencial de tipo terapéutico, más propia de los centros de salud. E incluso actuar como agencia de empleo. En algunos centros parroquiales pone a disposición de los parados el ordenador y el teléfono para rastrear ofertas de empleo y concertar entrevistas de trabajo. Los propios sacerdotes sirven de enlace entre los feligreses que pueden proporcionar empleo y los necesitados.

   En una labor discreta y callada Cáritas ayudó a encontrar trabajo a 14.576 desempleados el pasado año.