viernes, 18 de noviembre de 2011

La cabeza bien alta


   Cuando te expulsan del mercado de trabajo debes regresar con la cabeza bien alta. Todos sabemos que no te resultará fácil. Y más en estos tiempos. Muchos hemos experimentado antes ese complejo de inferioridad que nos convierte en avestruces. Pero antes de esconder la cabeza bajo el ala date una oportunidad y pregúntate: ¿Era mejor persona cuando tenía trabajo? Busca la respuesta y, plantéate la siguiente pregunta: ¿soy peor persona ahora que estoy sin empleo? Reflexiona: no has dejado de ser la misma persona. Simplemente las circunstancias te han convertido en alguien diferente.
   Si en una situación de desventaja (como sucede cuando te has quedado sin trabajo) no renuncias a tu ración de felicidad el camino te será más llevadero. Hay razones de sobra para buscar la felicidad que se pueden resumir en dos: lo frágil que es la vida y lo pronto que pasa. Y los españoles parecen estar convencidos de ello cuando pese a la crisis: España sigue siendo uno de los países donde mejor se vive, según los datos de la Base Mundial de la Felicidad, que elabora la Universidad Erasmus de Rotterdam (Países Bajos) con la colaboración de varias instituciones de otros países.
    ¿Tiene derecho a pasarlo bien un desempleado? Por la Red circula funemployed, una combinación difícil de traducir, pero no de comprender, entre las palabras inglesas fun (diversión) y unemployed (desempleado). Un funemployed es un parado que disfruta siéndolo. Por regla general es soltero, vive de los ahorros, de la indemnización de cuando le echaron, de algún que otro subsidio y sobre todo de sus padres. Pero en España no identificamos al parado feliz con el funemployed de los norteamericanos. Lo de ellos es una moda, lo nuestro una actitud y la diferencia es grande. Hay que desterrar la imagen del parado triste, frustrado, amargado, sin dignidad. La suma de estos puntos negativos te imposibilita salir a flote.