lunes, 4 de octubre de 2021

Los dueños del vertedero de Zaldibar disuelven la sociedad responsable de su hundimiento para eludir reclamaciones

 (In Memorian Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, las víctimas)

   Los delitos ambientales graves con muertos salen baratos en España. Los dueños y accionistas del vertedero de Zaldibar, donde perdieron la vida dos trabajadores, no pisarán la cárcel. Además, para eludir las responsabilidades que les acarrea el desastre ambiental causado, Elena Susaeta Barinaga y Arrate Bilbao Barinaga, sobrinos del fundador de la sociedad, Ignacio Barinaga, disuelven Verter Recycling 2002 SL, propietaria del vertedero. Con esta estratagema pretenden irse casi de rositas después del inmenso dolor causado a los familiares de las víctimas.



   Aunque los dueños y accionistas del vertedero, han asumido su culpabilidad, no  pisarán la cárcel por delitos contra los trabajadores, por la levedad de su condena con el actual ordenamiento jurídico. En el pacto alcanzado con la fiscalía y las familias de los dos fallecidos en el derrumbe por los tres responsables de la empresa Verter Recycling, estos  aceptan una condena de seis meses de prisión por el homicidio imprudente de los dos trabajadores, con lo que evitarán la cárcel. Se espera que tengan una mayor pena en el procedimiento abierto contra ellos por los delitos medioambientales cometidos. El Gobierno Vasco tomó en su día medidas cautelares y de embargo para asegurarse el cobro de la escollera, el dique; en definitiva, todo lo que tienen que pagar a la Administración Pública por los daños causados.  Pero la disolución voluntaria de Verter Recycling, publicada el pasado 29 de septiembre en el Registro Mercantil de Vizcaya, donde aparecen Elena Susaeta Barinaga y Arrate Bilbao Barinaga (director de la sociedad), como liquidadores solidarios complicará las reclamaciones en curso.

Un negocio tan rentable como dañino

   Tras analizar el expediente de Responsabilidad Ambiental, el Gobierno Vasco atribuye a Verter Recycling la responsabilidad de los daños medioambientales en su condición de operador de la instalación. La Agencia Vasca del Agua concluye que hay daños significativos en las aguas superficiales, en las aguas subterráneas y en los suelos con la presencia de residuos de carácter peligroso. La empresa debe reparar los daños causados como consecuencia del deslizamiento acaecido en el vertedero, según le ha comunicado el Gobierno Vasco. 

   En los seis años siguientes a su puesta en marcha el vertedero facturó 30 millones de euros y logró un beneficio de 7,8 millones de euros. En 2017, el último año del que existen fue muy satisfactorio para los gestores, que pasaron de facturar 3 millones durante su primer año completo de actividad a ingresar 7,23 millones de euros. Una media de 20.000 euros por cada  día, según el Diario Vasco. Desde 2018 Verter Recycling no ha depositado las cuentas en el Registro Mercantil como es preceptivo.


El ejemplo del hijo de Joaquín Beltrán

   El hijo mayor de Joaquín Beltrán, cuyos restos nunca fueron encontrados, trabaja al igual que su padre subido en una retroexcavadora. Lo hace como autónomo ya que la sociedad fundada por su padre, Excavaciones y Construcciones Joaquín Beltrán SL, se vio obligada al cese de su actividad ante la falta de ingresos. El fundador y accionista del vertedero de Zaldibar, José Ignacio Barinaga, a través de  Verter Recycling, era el principal cliente de Excavaciones y Construcciones Joaquín Beltrán SL a la que subcontrataba.

   A nombre de Ignacio Barinaga, sus sobrinos y otros allegados, hay una maraña de sociedades, en su mayoría relacionadas con operaciones urbanísticas. El empresario, que no dio la cara tras la tragedia, delegó en una consultora de comunicación el envío de comunicados a los medios de comunicación para lavar su imagen ante la opinión pública.