martes, 2 de noviembre de 2010

El patrón masculino arrasa en la Red (I)

   En la Red mandan los machos (al menos sus comportamientos atávicos son los que predominan). Pese a que los medios digitales están dirigidos cada vez más por mujeres el enfoque masculino ordena y manda.


   “La historia de la mujer es la historia del martirio, del dolor y de la abnegada sublimidad”, dejó escrito (hace 95 años) Luis Emilio Recabarren, un político chileno de ideas progresistas para su época. Era considerado el padre del movimiento obrero chileno revolucionario izquierdista Y esta definición de Recabarren la hemos visto reflejada recientemente en el enfoque que han dado los medios de comunicación- prácticamente todos sin excepción- al papel que ha jugado la mujer chilena durante la ‘prisión’ y el posterior ‘rescate’ de los 33 mineros. Hemos visto en la televisión mujeres abnegadas, sufridas, algunas con una fe ciega e inquebrantable, otras transidas de dolor. Pero lo más duro ha sido ver mujer y amante ante un minero adúltero. ¿Qué hubiera pasado si el minero fuera una mujer? Y las cámaras de televisión enfocaran y entrevistaran al marido y al amante. ¿Qué habrían dicho en tal caso los medios de comunicación? ¿Habrían jaleado su ardor como hicieron en el caso del minero-macho? En ningún momento se respetó la intimidad de la esposa (en la foto de abajo) y la prensa dio publicidad y se hizo eco de las frívolas declaraciones de la amante.



   El patrón masculino arrasa en Internet. La periodista y escritora chilena Emma Sepúlveda entrevistó “a las mujeres” de los 33 mineros intentando ofrecer una mirada desde el otro lado (http://de10.com.mx/9651.html). No solo conversó con las esposas de los obreros, sino también con las madres, hijas, suegras, novias y amantes. Sobre el caso de Jhonny Barrios, conocido popularmente como el “minero infiel”, Sepúlveda tuvo la posibilidad de hablar con sus dos mujeres y destacó la entereza de su esposa para no ir a recibirlo y decirle “no” a la relación. De nuevo buscando el morbo que pide el enfoque masculino. Otro caso conmovedor fue el de la novia de uno de los mineros que estaba convencida de recibir cartas de amor de su prometido. Lo cierto es que la joven no sabía leer y lo que recibía no eran cartas de amor ni proposiciones de matrimonio. La escritora le leyó una de las cartas. “No le mentí”, contó Sepúlveda. La joven no volvió más al campamento Esperanza. Emma Sepúlveda desvelará en un libro más detalles de las mujeres de los 33. Lamentablemente caerá en los tópicos de la mujer sacrificada, esposa y madre, además de frívola. En su exclusiva mundial se exhibe la lencería con la cual una esposa (foto inferior) recibirá a su marido. Ese era el reportaje que pretendía ofrecer la visión desde el otro lado. Flaco favor se hace a los valores femeninos.

   ¿Qué se sabe de ellas? Amantes, maltratadas, abnegadas, sufridas… siempre víctimas de los mismos clichés o idénticas metáforas en las informaciones expandidas por todo el mundo: mujer, madre tierra, útero…Ellas que han llevado las riendas 67 días (mientras ellos estaban bajo tierra) buscando como alimentar a los hijos o pagar las facturas han vuelto a aparecer como floreros. Mujeres sumisas y encantadoras.
   En la Red los 33 mineros sepultados fueron noticia diaria y en ciertos medios de prensa pudieron recogerse comentarios de este tipo: “Con esas esposas, mejor me vuelvo a enterrar”. Palabra de un tal Rogelio desde México, refugiado en el anonimato. Una periodista española (a la que no quiero avergonzar) lanzó en su columna otra pedrada: "hay un minero que maltrata a su mujer" insinuó. Y se quedó tan fresca. Pero hay más ejemplos y se los iré contando en los próximos días. Y como es obligado no voy a etiquetar este artículo como mujer. No vayamos a caer en la trampa de hacer compartimentos. Lo incluimos en vida cotidiana.