jueves, 22 de diciembre de 2011

¡Ujujuju¡



“...yo quería ser un chico alegre porque era Navidad, pero sabía que no iba a estar alegre. Mi padre no tenía trabajo...”  Cuento de Navidad/Frank McCourt
   Se puso el gorro de Papá Noél y la casa se llenó de colorido. Los pequeños se asustaron cuando vieron que sus ojos parpadeaban igual que las luces del árbol. En la calle se atusó el bigote, esponjó la barba blanca y colocándose la abultada y picuda panza y aspirando el aire cruzó las calles con el estruendoso: ¡Ujujuju¡ ¡Ujujuju¡ Los árboles empezaron agitarse con violencia, las escasas hojas se desprendían de las débiles ramas y, algunas, caían sobre la pavimentada avenida en donde el viento las barría; otras, más díscolas, volaban y volaban hasta reposar en las heladas fuentes. Pronto la ciudad se pobló de simpáticos y dicharacheros Papá Noel, con las mejillas coloradas y aliento a alcohol para matar el frío.
    Orondos y rubicundos hombres de rojo sorprendían a los niños en las esquinas. Otros con más suerte sentaban en tronos en los grandes almacenes.