lunes, 14 de marzo de 2011

Japón de luto

   Es el momento de dar paso a los poetas. En Japón todos están preparados para cantar sus epitafios en vida. Es la cultura de la muerte. Muchos japoneses se preparan para morir en cuanto sienten que su hora se acerca: escriben poemas, o frases o pequeñas reflexiones sobre la muerte...


Hacen el testamento, para repartir sus propiedades, y hacen reparto de recuerdos personales para amigos y familiares. Estas disposiciones se toman en un momento de especial serenidad, e incluso se espera el viaje a otro mundo con cierto agrado y con mucha esperanza. Los preparativos no solo demuestran una actitud realista ante la muerte, sino que aportan sosiego permitiéndoles poner en orden sus asuntos espirituales, cerrar rencores, y enemistades, y pedir perdón por sus faltas.



  Lamentablemente el terremoto les ha impedido hacerlo con sosiego. 
 Es una cultura muy diferente a la de Occidente. 

   He aquí un haiku premonitorio del siglo XVII:
"Este camino / ya nadie lo recorre / salvo el crepúsculo"
   Matsuo Bashoo (1644-1694)
  Y van otros dos más, muy expresivos:
Quien viene sólo sabe que viene.

Quien se va sólo conoce su final.
Para salvarse del abismo
¿Por qué sujetarse al precipicio?
Las nubes bajas
Nunca saben adónde las llevará la brisa.
(Banzan)
Hoy, pues, es el día
en que el muñeco de nieve que se derrite
es un hombre.
(Gaki)

   Poetas sudamericanos como Octavio Paz practicaron el haiku, pero dejamos este del gran Mario Benedetti:
La muerte invade

de vez en cuando el sueño
y hace sus cálculos