martes, 9 de noviembre de 2010

Un ángel en la crisis

A muchos les parece un tópico de libro de autoayuda, pero la realidad es que una persona amable al otro lado de la mesa estimula a los desamparados a superarse. Esta es la sencilla historia.


      En oleadas llegan los precarios a buscar trabajo a una agencia. Una señorita previa petición del DNI les entrega un número. En la sala esperan personas de todas las edades, sexo, raza y religión. Es la España de hoy reflejada en un barrio de Madrid. Cada cinco personas acceden tras subir unas angostas escaleras a una entrevista de trabajo.
   Ante ellos una chica joven les solicita de nuevo el DNI y les pregunta uno por uno su disponibilidad total o parcial para el puesto de trabajo (comercial a comisión). También les pregunta por la edad y les aconseja venir bien vestidos para el cursillo de formación. A un señor rumano de más de 60 años le interpela amablemente si sabrá expresarse bien en español ante sus futuros clientes. “No problema”, asiente el hombre que se esfuerza por dominar su nueva lengua; a un dominicano de 19 años le dice: “el próximo día ven con ropa de vestir, no con ese atuendo que no encaja con este trabajo”. A todos les dice antes de despedirlos: “que tengan un buen día”.
   Los cinco solicitantes de un empleo precario bajan la escalera más animados. Ha sido una minientrevista de preselección pero han cogido fuerza. Su estado de ánimo ha mejorado. Todo porque había un ángel en la crisis. Un estímulo para la superación.