sábado, 14 de febrero de 2015

Uma Thurman o cuando los periodistas pican el anzuelo

Sin tal vez pretenderlo esta actriz Uma Thurman con un físico (rostro) tan personal, que nunca cambiará, ha dado una lección al periodismo de corta y pega. Todos hemos caído una vez más en el eterno vicio (ya patentado) de no contrastar una información si viene de fuentes de alto nivel o del entorno de las celebrities
 Lo más grave de esta colleja a la profesión (la enésima quiero recordar: en El País aún lloran la no foto de la muerte de Hugo Chávez) es que no he leído o escuchado a ningún colega entonar el mea culpa. Por eso lo tengo que hacer yo. ¿Cuántas veces hemos dado por buena una información no autentificada con tal de arrastrar a miles de seguidores y sumar más difusión que el competidor? No vamos a echar la cuenta, porque aumenta cada minuto. En este mundo global, por desgracia, abundan los copistas, y no se respeta la información que bebe de las fuentes con nombre y apellidos.
Mañana, o mejor hoy, nos sale nuestra natural Carmen Maura con un nuevo rostro y será vorazmente devorada por el papel couché y los medios online,  ávidos de sumar tráfico de lectores para contentar al anunciante. Lo irónico de esta no noticia sobre la personal actriz Uma, es que fuera acompañada de esa guinda de ‘periodismo de investigación’ que, enseguida, puso como referente a Renée Zellweguer. ¿Estamos tontos o qué? Y si, de repente, los candidatos a las próximas elecciones se hacen un lifting facial. ¿Nos lo creeremos también?