martes, 26 de abril de 2011

200 excusas para negarte un empleo (1)


   Hace un año una joven británica se convirtió en noticia no deseada. Vicky Harrison, de tan sólo 21 años, se quitó la vida después de ser rechazada en más de 200 entrevistas de trabajo. Su trágico final dio la vuelta al mundo. 
   
   Con el serial 200 excusas para negarte un empleo’ le rendimos homenaje a Vicky Harrison. En España, camino de los 5 millones de parados, se ha detectado con la crisis un aumento de la discriminación a la hora de lograr un empleo. En este blog vamos a denunciar 200 excusas como coartada para negar un puesto de trabajo. Pero podríamos llegar a ‘1.000 y una excusas’ con las quejas que nos hagáis llegar.
   Vicky Harrison soñaba con ser productora de televisión y había enviado su currículo a centenares de ofertas relacionadas con su carrera de Imagen y Sonido. Tras las primeras negativas se resignó a trabajar en lo que fuera que le reportara algún ingreso: 
dependienta, camarera, reponedor de estanterías, ayudante de comedores escolares, hamburgueserías...Siempre obtenía la misma respuesta: "No".
   "Vicky sufrió tantos rechazos que su confianza quedó afectada. Se sentía humillada por no encontrar trabajo. Sentía que no tenía futuro", confesó su padre, Tony Haworth, al periódico local Lancashire Telegraph. Ahora su familia quiere crear una fundación con su nombre para ayudar a otros jóvenes desempleados que se encuentren en la misma situación para enseñarles cómo enfrentarse al mercado laboral. "Un lugar donde la gente pueda hablar y entender que esto no es el fin del mundo", señala Tony Haworth.

   En España casi un millón de desempleados (940.000, según datos del INE) llevan dos años buscando trabajo sin resultado. La cifra se duplica hasta los dos millones si sumamos los desempleados que llevan un año o más sin trabajo. Puntualmente acuden a entrevistas personales, rastrean Internet en busca de ofertas de todo tipo para al final del día regresar a casa con un rechazo difícil de aceptar. Algunos hartos de clamar en el desierto hacen llegar su queja a los diarios: Tengo 40 años y llevo tres en el paro. Mi preparación es buena (aunque no universitaria), mi experiencia laboral es indiscutible y mi predisposición, inmejorable. Entonces, ¿qué es lo que hago mal? Unas veces me dicen que no soy apto por la edad; otras, que me rechazan porque soy hombre --mi preparación es como trabajador familiar--; otras, porque no me adapto al perfil que buscan, y otras, pienso yo, porque no les debe de gustar mi cara. Siento frustración y rabia cada día. La vida se me hace dura, triste. Ni puedo realizarme como persona ni puedo aportar un sueldo a casa”. Es el testimonio de A. L. M. publicado hace unos días en Cartas al Director de un diario nacional. Un mismo solicitante de empleo puede sufrir múltiples discriminaciones como refleja esta carta. 
   Con la disculpa de la crisis, la discriminación laboral se hace ahora más patente. “El mercado laboral ha cambiado mucho desde 2007 y los procesos de selección se ven afectados por esta situación. El “poder” se ha vuelto a trasladar a la empresa que tiene mucho dónde elegir. Hace tres años eran los individuos los que estaban en condiciones de elegir”, subraya Ignacio Mazo, director Senior de BTS, profesional especializado en dirección de los recursos humanos. Un diagnóstico con el que coincide Ana González, secretaria de Política Social e Igualdad de CCOO de Madrid. "Una situación de crisis como la actual, es mucho más proclive a la discriminación, tanto en los centros de trabajo como en la sociedad" afirmó la sindicalista durante la presentación a mediados de marzo de la guía “Dale la espalda a la discriminación. Garantiza la igualdad”. Ignacio Mazo considera que existen hábitos, costumbres o “modos de hacer” que pueden considerarse cuestionables. Y añade: “la línea que separa seleccionar a los mejores y discriminar es una línea muy delgada”.
   Con las 200 excusas más populares hemos elaborado cuatro recuadros muy significativos. En los dos primeros bajo el epígrafe Discriminación pura y dura contabilizamos hasta cien negativas a la hora de ofrecer un empleo, bien sea por el aspecto físico, el sexo, la raza, la religión, la ideología. En los dos últimos bajo el titulo de Discriminación profesional subrayamos cien rechazos más debido a la edad, el perfil, la cualificación profesional (mucha o poca) y otras causas...