jueves, 30 de junio de 2011

El saqueo de Grecia


   Hubo una época en Grecia en que los mendigos eran todos forasteros. Ahora los griegos en su mayoría caminan hacia la indigencia.

   “Los habitantes de Zante son un pueblo especialmente trabajador, un pueblo honrado que vive cómodamente, pues hay mucho trabajo y los mendigos son todos forasteros…”. Zante era en 1806 la isla más rica de las siete islas del estado y así lo testimoniaba Nicholas Biddle, un oficial de marina norteamericano. Su sobrino de igual nombre y apellido llegó a presidir el segundo mayor banco de los Estados Unidos.
   Durante los siglos XVII, XVIII y XIX esta cuna de la civilización europea padeció el saqueo de sus tesoros arqueológicos. En pleno siglo XXI Grecia sufre un saqueo aún más doloroso: el robo del pan y trabajo a las clases medias y humildes.

-          ¿Cómo se declaran ustedes?
-          No culpables, señoría.
-   Les condeno a pagar durante toda su vida, la de sus hijos y sus nietos la deuda acumulada.
-   Ustedes no han hecho los deberes- añadió pomposamente el economista pedante mientras el asesor de comunicación (autor de frase tan afortunada) asentía sonriente.

Ya en la obra Esquilo de Orestes, Lucrecio cuenta haber visto “corazones apesadumbrados en todos los hogares; acosada por incesantes remordimientos, la mente era incapaz de aliviarse y se veía forzada a desahogarse mediante lamentaciones recalcitrantes” Ayer mismo en Telemadrid una griega confesaba desafiante mirando fijamente a la cámara: “Nunca pagaremos la deuda, que lo sepa toda Europa”. Las lamentaciones de los no culpables son continuas. Lo malo es cuando aparecen análisis simplistas de reputados expertos como Andrei Shleifer, catedrático de Economía en Harvard; quien llega a afirmar que la actitud de Grecia es como la de un niño al que se le deja de repente la Visa de papá y se va por la ciudad de compras: evidentemente todos quieren venderle algo”

   Tampoco son buenos los reportajes que insisten en remachar los clavos del ataúd para que no haya escapatoria, como el que sigue

“Cuesta encontrar a un griego que no vea una mano oculta detrás de la catástrofe, y aún más a optimistas que crean en el milagro de la recuperación: con una deuda de 340.000 millones de euros, hasta los bebés recién nacidos deben 30.000 euros por cuna”. Como Irene, funcionaria, votante del Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok, en el Gobierno) y con un hijo de 18 años que le dice: "No tengo sueños, no tengo futuro. ¿Cómo voy a vivir así?". Y la redactora de El País da la tercera en la frente: “Un país en ruinas. Mucho nihilismo, apenas disimulado por la fuerza inerte de la masa. El pesimismo de los griegos es mucho más que un ataque de indignación. Es el mismo sistema el que hace aguas”.

   Desde la agencia rusa de noticias Ria Novosti no miden la desigualdad, hasta el punto de que hablan de los errores cometidos por el griego de a pie, que está al borde de la bancarrota, “no tienen la menor intención de pagar ni por errores propios (que sí que los hubo) ni por los ajenos (que eran mucho más numerosos que los propios…”


o se puede ir a
para ver las razones de la protesta

Con los datos en la mano un experto muy valorado llega en un diario económico a esta desoladora conclusión:
“La sociedad griega debe asumir que ha vivido a crédito durante una década y el crédito se ha acabado. Solo hay dos opciones: o el proceso de desendeudamiento es ordenado y con el apoyo financiero de sus socios o es desordenado, como en Argentina en 2001 o en Islandia en 2009. Los griegos piensan que han tocado fondo pero aún pueden escarbar. Grecia sigue teniendo un déficit por cuenta corriente próximo al 10% de su PIB. Si optan por el camino desordenado su consumo privado aún tiene margen para alcanzar el desplome del 25% que tuvo en Islandia. Eso significa más paro y más pobreza, incluso extrema, falta de medicamentos, etc. Que la alternativa a Papandreu sea un político que estaba en el Gobierno que ocultó las cifras en 2007 indica que los griegos aún no han entendido nada”. 
Se puede leer en

El mensaje machacón de los medios insiste en culpabilizar a los pobres ciudadanos, un ejemplo es el que sigue: En última instancia, la experiencia griega muestra el carácter inviable de pretender vivir eternamente por encima de las posibilidades recurriendo al dinero ajeno”. La culpa no es de los mercados sostiene este experto que ejerce a pecho descubierto de abogado del diablo:

¿Culpables? los depredadores (no hace falta nombrarlos) y aquél gabinete griego que maquilló las cuentas. 
¿Víctimas?: el pueblo llano.

Como argumenta Vicenç Navarro

Este endeudamiento del estado griego es beneficioso para los bancos y también para los ricos que no pagan impuestos, forzando al estado a endeudarse aún más. Pero es también beneficioso para los ricos y para los bancos extranjeros, pues el estado se siente en la necesidad de privatizar sus propiedades (a unos precios irrisorios) con lo cual vemos una enorme demanda de euros por parte de bancos de inversión para comprar tales propiedades”.

   La historia se repite. Si el rapto de Paris de la bella Helena prendió fuego a Europa y Asia, el expolio de los ahorros de la clase media y su empobrecimiento ha avivado de nuevo las llamas…