Los vehículos eléctricos e híbridos funcionan con altas corrientes eléctricas que irradian campos electromagnéticos potencialmente peligrosos en la cabina. Dichos campos magnéticos interfieren con los mecanismos biológicos del cuerpo. Estas corrientes generan campos magnéticos de baja frecuencia a los que están expuestos los pasajeros, de manera similar a como los humanos están expuestos a los campos magnéticos de la red eléctrica y los electrodomésticos de alta potencia. Según datos de la UE, las matriculaciones de nuevos coches eléctricos (BEV, HEV, PHEV) superaron el 50% en 2023.
Los campos magnéticos "posiblemente cancerígenos"
Los organismos
internacionales responsables de los estándares y directrices para la exposición
humana reconocieron la estimulación del sistema nervioso como
los efectos adversos establecidos de estos campos para la salud.
La IARC (Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer) ha
clasificado los campos magnéticos como "posiblemente cancerígenos
para los humanos" (categoría 2B). La OMS recomienda la
aplicación de medidas de precaución razonables para reducir aún más la
exposición humana a estos campos, particularmente en nuevas instalaciones y
equipos. Varios países han adoptado el principio de precaución de
acuerdo con las medidas sugeridas por la OMS, adoptando niveles de
exposición objetivo bajos o mediante medidas administrativas para
las exposiciones a la red eléctrica.
La compañía SafeFields asegura que puede
reducir eficazmente las emisiones electromagnéticas nocivas de los vehículos
eléctricos. Su innovadora solución reduce la radiación del campo magnético a
niveles seguros. “Hemos realizado un estudio exhaustivo sobre la radiación de
campos electromagnéticos en vehículos eléctricos, en colaboración con la
Universidad Técnica de Berlín. Los resultados se publicarán y se promoverán
activamente como caso práctico para destacar los posibles riesgos para la salud
asociados a la exposición a campos electromagnéticos en vehículos eléctricos,
así como la eficacia de nuestra tecnología para mitigar estos riesgos”, señalan
desde esta empresa.
La UE no los considera peligrosos para la salud
Estudios financiados
con fondos europeos, caso de EM-SAFETY,
demuestran que la intensidad de los campos magnéticos no alcanza el 20% del
umbral superior establecido por la Comisión Internacional sobre Protección
frente a Radiaciones No Ionizantes (CIPRNI). Otra de las principales líneas de
actuación del proyecto consistió en evaluar el impacto en la materia biológica
de la exposición a los campos magnéticos. Para ello, el equipo realizó
experimentos con varias líneas celulares de mamíferos, exponiéndolas a campos
magnéticos de baja frecuencia en condiciones controladas. No se hallaron
indicios de efectos carcinogénicos derivados de dicha exposición, ni de que los
campos acelerasen la reproducción de las células cancerosas.