Con la disculpa de que la crisis golpea en el mundo
entero desde hace más de tres años, la discriminación laboral se hace visible a
la hora de contratar nuevos trabajadores y directivos. Los empleadores esgrimen
mil y una excusas para negar un empleo a millones de solicitantes en todo
el mundo.
“El mercado laboral ha cambiado mucho desde 2007 y
los procesos de selección se ven afectados por esta situación. Hace tres años
eran los individuos los que estaban en condiciones de elegir, ahora el poder se
ha vuelto a trasladar a la empresa que tiene mucho personal dónde elegir”,
explica Ignacio Mazo, director Senior de BTS, multinacional especializada
en dirección de recursos humanos. Aunque los
gobiernos cada vez luchan más contra la discriminación laboral (por sexo, raza,
religión…), en las empresas más desarrolladas, que suelen coincidir con las más
grandes e internacionales, aún se pueden encontrar situaciones en que ante dos
candidatos válidos la decisión final pueda estar afectada por alguna
preferencia respecto de alguno de ellos. En compañías más pequeñas todavía se
detectan algunos comportamientos “discriminatorios”. Ignacio Mazo
considera que existen
hábitos, costumbres o “modos de hacer” a la hora de contratar empleados que
pueden considerarse cuestionables. Y añade: “la línea que separa seleccionar a
los mejores y discriminar es una línea muy delgada”.
Las
excusas para negar un empleo afectan cada vez más a los junior y a los senior. En
España a los primeros se les rechaza taxativamente alegando falta de
experiencia. La edad media para acceder al primer empleo se sitúa actualmente en
los 23 años, por lo que aquellos jóvenes españoles que se estrenan en el
mercado de trabajo con más de 25 años son considerados como 'out timing', (fuera
de tiempo), según la expresión acuñada en un estudio elaborado por el grupo de
selección directa y trabajo temporal Michael Page. "La edad de los
candidatos es uno de los factores que las empresas tienen más en cuenta durante
los procesos de selección, sobre todo cuando se trata del primer y segundo
empleo", reconoce Jaime Asnai González, director executive de esta firma. A
los considerados mayores para el
mercado laboral ni se les cita prácticamente a las entrevistas de trabajo y se
les discrimina en los anuncios de ofertas laborales. Sin posibilidad de acceder
a un puesto de trabajo se contabilizan en España unas 142.000 personas mayores
de 55 años, el segmento de edad más numeroso, que están perdiendo la esperanza
en encontrar un empleo acorde con su experiencia.
La
discriminación laboral no tiene fronteras. En América Latina la queja también
es generalizada. “Después de muchos años en el mercado laboral sigo observando
como las empresas siguen discriminando a través de las publicaciones que
realizan por medio de las agencias y consultoras de selección de personal que
las representan”, apunta Javier Alejandro Santillán que trabaja en Argentina en
una compañía de telecomunicaciones. En Chile existen fuertes regulaciones que
por lo general no se cumplen. La ley les está "cayendo encima" a
quienes no tienen en cuenta las reglas para enunciar sus búsquedas de personal.
En este país se consideran actos de discriminación las ofertas de trabajo
efectuadas por un empleador, directamente o a través de terceros y por
cualquier medio, que señalen como un requisito para postular a ellas, entre
otras, cualquiera de estas condiciones: acreditación de antecedentes penales o
comerciales; buena presencia, ausencia de enfermedades, fotografía en
curriculum y hasta la exigencia en muchas ofertas laborales de que el futuro
empleado cuente con vehículo propio, teléfono móvil y hasta cartera de
clientes.
“Si quieres ver discriminación grosera y descarada, apenas ven a
República Dominicana. Es vergonzoso cómo empresas multinacionales que en países
desarrollados predican políticas de Responsabilidad Social Corporativa e
inclusión social, resulta que aquí andan pidiendo requisitos innecesarios,
perfiles de candidatos que no coinciden con las edades exigidas, o incluso se
toman atribuciones de FBI. Y las grandes firmas internacionales de RRHH se
arrodillan a los deseos de sus clientes”, denuncia Ernest García-Vázquez, un
profesional independiente de los Recursos Humanos. García-Vázquez en tono
humorístico retrata la situación. “Es que en nuestro continente, muchas veces
la empresa podrá ser sueca o canadiense, pero quienes la conducen localmente
muchas veces mantienen la mentalidad de granja: “Buscamos hombres jóvenes y
fuertes, solteros y sin hijos, deseosos de servir como esclavos a cambio de un
salario de miseria. Brindamos alojamiento en el establo y tres comidas al día”.
Desde México, Said Rincón que
estuvo trabajando en reclutamiento y selección de personal subraya que la
discriminación que más le molesta es la del sexo. “Creo que hombres y mujeres
podemos cubrir vacantes por igual. Puede ser que te fijes si una persona está
vestida correctamente para la ocasión pero no puedes fijarte si vas a contratar
a alguien que parezca modelo en lugar de alguien digamos menos agraciado solo
porque alguien se ve mejor”. Un argumento que comparte desde Venezuela, Zoraida
Mendoza, consultora de RRHH, “evidentemente la discriminación está
presente en todas partes, y en Latinoamérica se repiten los patrones comúnmente
establecidos en todo el mundo: la raza, el sexo, la edad, experiencia, son
variables comunes, puedo agregarle a estas, las creencias políticas”.
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