domingo, 12 de junio de 2011

Entender a los viejos


(Dedicado a los que están conscientes de que tienen un pie en el otro lado)
“Mi única ambición ahora es morir como un río en el mar. Ya noto la sal”
José Luis Sampedro/El País Semanal 12.06.11

   Su adiós no por repentino es inesperado. Con total sinceridad te descubren que su fin está cercano (una hora, un día, meses, años…) porque mueren un poco cada día. Todos hemos escuchado alguna vez a nuestros mayores: “no llegaré a la comunión de mi nieta”, primero y luego “no llegaré a su boda”. Cumplida cierta edad es despedirse de continuo, aunque muchas veces los que se van son jóvenes, niños, infantes. Pero ese adiós para los viejos es un imán que los atrae/absorbe cada instante de su vida. Y así lo manifiesta un Sampedro sordo a sus 94 años: “Mire, yo estoy a punto de morirme y estoy tan tranquilo”. Y Mario Benedetti empezaba así su relato ‘La muerte’: “Conviene que te prepares para lo peor”. En ‘La Resistencia’ Sabato escribe: “Debo confesar que durante mucho tiempo creí y afirmé que este era un tiempo final. Por hechos que suceden o por estados de ánimo, a veces vuelvo a pensamientos catastróficos que no dan más lugar a la existencia humana sobre la tierra”. Benedetti se fue hace dos años cumplidos los 89.

‘Antes del fin’ es uno de los libros más clarividentes de Ernesto Sabato. En sus páginas se destila indignación a raudales. Para mí es el líder no reconocido del 15-M, de cualquier movimiento que busque paliar (no digo eliminar, eso queda para los utópicos) la desigualdad. Sabato nos dijo adiós a punto de cumplir los el siglo.
Cuando uno abre la puerta a la muerte esta no tarda en aparecer. Pero hay viejos que nunca envejecerán porque no siguen al pie de la letra esta sentencia: “La vida es como una escalera, quien considere que ya la ha subido entera se crea la obligación de empezar a bajar”. Es de  Fernando Martín, padre a los 65 años.
Aunque no sirva de consuelo más bien de cabreo, la Real Academia Española sólo aplica la palabra viejo a los que han cumplido 70 años.

2 comentarios:

  1. ¡Hola! gracias por la visita a mi ventana, me ha permitido llegar a la tuya.
    Con relación a este escrito te comento que siempre pensé que cuando uno empieza a idealizar y hablar mucho del pasado ¡ojo! te estás haciendo viejo...
    Ahora bien, hay circunstancias que te muestran que puedes tener un pie del otro lado, y no hace falta ser viejo, entonces de verdad empiezas a disfrutar de la vida como un regalo precioso. Algunos privilegiados en vez de abrir la puerta a la muerte lo que hacen es reconciliarse con la verdad de si mismos, dejan volar fantasmas, le dan brillo a los tesoros hermosos, y bajan a la basura arcones oxidados por viejos rencores...
    La única posesión segura es este instante, la nostalgia y la esperanza son tratamientos paliativos.

    Un saludo afectuoso

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  2. Pienso que más que entenderlos hay consentirlos, se nos olvida que la muerte es natural, algo a lo que llegaremos irremediablemente, pero nos vamos como aferrando, si creo que hay un momento que uno puede conocer la hora de partir, aunque como en todo no es universal tengo una tía abuela que hace más de 10 años decian que no llegaria a fin de mes, ho tiene 101 años y veremos si en septiempre 102. Me gusta mucho la frase colocas: “La vida es como una escalera, quien considere que ya la ha subido entera se crea la obligación de empezar a bajar" Un fuerte abrazo y una gran semana

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