Cuando te expulsan del mercado de trabajo
debes regresar con la cabeza bien alta. Todos sabemos que no te resultará
fácil. Y más en estos tiempos. Muchos hemos experimentado antes ese complejo de
inferioridad que nos convierte en avestruces. Pero antes de esconder la cabeza
bajo el ala date una oportunidad y pregúntate: ¿Era mejor persona cuando tenía
trabajo? Busca la respuesta y, plantéate la siguiente pregunta: ¿soy peor
persona ahora que estoy sin empleo? Reflexiona: no has dejado de ser la misma
persona. Simplemente las circunstancias te han convertido en alguien diferente.
Si en una situación de desventaja (como
sucede cuando te has quedado sin trabajo) no renuncias a tu ración de felicidad
el camino te será más llevadero. Hay razones de sobra para buscar la felicidad
que se pueden resumir en dos: lo frágil que es la vida y lo pronto que pasa. Y
los españoles parecen estar convencidos de ello cuando pese a la crisis: España sigue siendo uno de los países donde mejor se vive, según los datos de la
Base Mundial de la Felicidad, que elabora la Universidad Erasmus
de Rotterdam (Países Bajos) con la colaboración de varias instituciones de
otros países.
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