viernes, 10 de diciembre de 2010

Nadie conoce a nadie

Dedicado a Catalina Alejandra Borda y Luz Gabriela Rodríguez

   A esta hora tan exacta, que impresiona, veinte mil personas ¡20.000! acaban de aceptarse como amigos. No se conocen lo que se dice de nada; incluso los hay que utilizan nombres supuestos, pero cada vez que el de un amigo crece en su pantalla experimentan algo parecido a la felicidad.

   A esta hora tan exacta centenares de pedófilos abusan en directo mostrando su horrísono mundo a través de la webcan al tiempo que un chistoso cuelga su último video…Los internautas habitamos un mundo dentro de otro mundo muchas veces sin ser conscientes. Nos saludamos mediante mensajes, emoticones y recibimos aplausos virtuales. Nunca tantos millones de seres habían volcado su EGO con tanta intensidad. Cada bloguero se cree el rey del universo. Los de las ONG,s tratan de buscarse un hueco al sol al tiempo que los comunity manager de las multinacionales crean o inventan o clonan nuevas tendencias para captar más clientela y engordar las arcas del patrón.


   A esta hora tan exacta F. llora en directo, al fondo se distingue como las poleas bajan lentamente el ataúd. Esta desconsolada viuda ha querido hacernos partícipes de su pequeño dolor. Casi el mismo tiempio, en Idaho una joven y feliz pareja coloca la foto de su niña vestida de fresita en el álbum familiar almibarado creado en la Red (una plaga que se extiende de costa a costa).
   A esta hora tan exacta en que lees esto, C. se mira al espejo y oscurece su felicidad contando calorías y uno de los cuatro millones de parados -que dicen hay en España- lanza un mensaje de auxilio que se pierde como un eco lejano.

   Y ahora mientras tú cierras los ojos y te disponer a dormir bien abrigado bajo el edredón -y la luna creciente-al otro lado del mundo (de tu pantalla) alguien se levanta sudando por el calor, bosteza y hace click mientras escucha el borboteo del café y ve salir en triple salto mortal el pan de la tostadora.
   H. baja a la calle dispuesta a hacer fotos de la manifestación…muchos parecen haber olvidado ya a wikileaks mientras lloran, difuntos y huérfanos, los grandes diarios mundiales.
  
   Menos mal que a esta hora tan exacta alguien tiene algo que decirnos al oído sin que se derrumbe el Pentágono. Bienvenidos a este mundo mágico donde nadie conoce a nadie y todos parecen ser amigos de infancia...

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