miércoles, 4 de mayo de 2011

200 excusas para negarte un empleo (y 4)


   Nuestro homenaje a Vicky Harrison, la joven que puso fin a su vida al ser rechazada en 200 solicitudes de empleo toca a su fin. En este último capitulo abordamos la discriminación laboral desde todos los ángulos. VOTA EN LA ENCUESTA DE AL LADO.

   En una sola persona pueden encontrarse cuatro variantes de la discriminación: mujer, discapacitada, maltratada y sin formación. En 2008 una vecina de un pequeño pueblo de Madrid llevaba dos meses en paro cuando recibió una carta: optaba a un puesto de barrendera en el Ayuntamiento, con un sueldo de 1.400 euros brutos mensuales. "Acepté, y dijeron que en un par de días tendría el contrato. A los dos días llamaron de la alcaldía: que no tenía el puesto", relató la perjudicada a El País. En la sala de plenos, el edil de obras, contratación y servicios, J. M. F., defendió que la elección de T. se trataba de una "imposición" del INEM (hoy Agencia Estatal de Empleo) que él no aceptaba y que seleccionaría "a quien considerase adecuado", según relataron varios asistentes. Desde el País intentaron, sin éxito, recabar en numerosas ocasiones la versión del Ayuntamiento.

   Hugo Gañán, de 35 años y licenciado en Periodismo, fue despedido como director creativo en una importante agencia de publicidad en la que llevaba ocho años trabajando. Desde entonces, la mitad de sus ex compañeros también han sido obligados a rescindir sus contratos. "Me despidieron el 3 de julio de 2008 por despido improcedente", explicó Gañán al online Expansión.com. "Al menos en mi caso, la crisis económica fue la excusa. En realidad hubo un cambio en la dirección de la empresa y el nuevo equipo decidió prescindir de los que ya trabajábamos allí para poner gente de su confianza".

   "Española con muchas ganas de trabajar y muy responsable se ofrece para plancha, limpieza, cuidado de mayores, por horas o por jornada". Ése es el mensaje que lanzaba cada mañana Manuela López, madrileña de 56 años, en paro. Paradojas de la vida, esta madrileña afirma sentirse "discriminada por ser española" y se queja de que en algunos sectores no se tiene en cuenta a la mano de obra autóctona. "Es prácticamente imposible encontrar trabajo, aunque sea de limpiadora. Es un campo que ya está repleto por toda la gente que ha venido de fuera. A los españoles que tenemos más de 50 años no se nos tiene en cuenta y se nos dice: ¡a la cola!", se quejaba con amargura al diario El Mundo en la primavera del pasado año.

   "La discriminación por orientación sexual, género, color o discapacidad cuenta con un alto grado de concienciación social. Los expertos alertan, sin embargo, de la existencia de otro tipo de discriminación igualmente execrable, pero más invisible que los anteriores: la que atañe a la edad. En este campo, dicen, todavía no hay suficiente sensibilización. Una generación de trabajadores en sus 30 y 40 años llegó más bien tarde al mercado laboral, pero hoy se encuentran un techo temprano. Representan las contradicciones de un país con alta esperanza de vida, más necesidad de fuerza laboral que financie las pensiones del futuro y una escasa perspectiva laboral, apuntalada formalmente por convocatorias que les excluyen. La discriminación por edad es un concepto que sociólogos y juristas empiezan a manejar con soltura", advertía Jesús García en el artículo 'Demasiado viejos a los 35', publicado en El País en el verano de 2009.

  En dicho reportaje se mencionaba La discriminación por razón de edad en el acceso al empleo público en España. Se trata de un documento interesado -sus autores son contrarios a la imposición de límites de edad-, pero ofrece gran cantidad de argumentos. Según el texto, los límites de edad excluyen a personas "de gran valía profesional". La razón es que una persona necesita tiempo para formarse, y cuando se incorpora al mercado de trabajo encuentra cerradas algunas puertas. Según el estudio, la función del policía y del bombero es "cada vez más tecnológica y requiere menos fuerza física" y, además, es falso que el máximo rendimiento se alcance antes de los 30. Y cita casos de deportistas que, superada esa barrera, alcanzaron altas cotas. La tenista Martina Navratilova, por ejemplo, ganó el US Open en 2006 a falta de un mes para cumplir los 50. Una vez superada la frontera de los 45, precisamente, el trabajador puede encontrar varios escenarios: o ya no se le considera tan válido como antes, o sucumbe ante el empuje de los más jóvenes, o resulta más caro de mantener y, por tanto, la empresa tiende a deshacerse de él.

  ¿Y qué decir de los jóvenes? Estoy "en tierra de nadie", desactualizada, sin experiencia efectiva que cuente a efectos de cotización, colgada. Lo único que tengo son mis ganas de trabajar Tengo 30 años recién cumplidos. Terminé mi licenciatura en Filología Inglesa en 2003. Siete años más tarde, sigo sin trabajo y con un panorama mucho más negro que cualquier joven mileurista (¡ojalá yo lo fuera!). Mi elección de carrera fue claramente vocacional. Por aquel entonces, se nos vendía la moto de que "las letras" también tenían salida, y yo fuí una más de las que piqué…(otro testimonio de la desesperanza publicado en El País).

  Desde Argentina Juan José Nuñez, representante técnico en CIAR, subraya como la discriminación es un "Efecto Colateral Negativo". Y lo explica así: “lo que según mi percepción es la raíz de esa manifestación, es que es la misma crisis la que aumenta con la crisis: La población está en aumento constante; el sistema educativo están rebasado y desactualizado; las organizaciones incorporan tecnología para reducir costos (y mano de obra) pero rehúsan capacitar personal porque "nada les asegura que ese personal capacitado permanezca en la posición" (claro, los empleados no se "quedan" porque son malos y nada tiene que ver la impericia de la organización en cuanto a la gestión de talentos y RRHHs en general...)
   Como argumenta Juan José para operar tecnología, SE NECESITA personal capacitado. Además, se deshacen de su personal "con experiencia" para reemplazarlo con personal "por estrenar" (por el costo en sueldo y aportes), pero ese nuevo miembro ya debe venir completamente formado y con un mínimo de experiencia en la posición (algo muy difícil de conseguir en esta parte del universo). En esta tesitura vaticina e ironiza este técnico argentino: si trazamos una línea de tendencia llegaremos a que dentro de 15 años los bebés deberán nacer ya con los conocimientos y competencias requeridas para realizar trabajos específicos de acuerdo al mercado... De esta forma se excluye (discrimina) a mucha gente, y se torna cada vez más restrictivo por el incremento en tecnología "salvadora de costos", y a la vez la población no deja de aumentar y por ende colapsar al sistema educativo, que no alcanza a actualizarse, pero las organizaciones no quieren invertir en capacitar ni en retener o actualizar a elementos con experiencia; entonces la solución es emplear más tecnología, pero la tecnología necesita operadores capacitados acordes a la complejidad de la misma, y así sigue.
   Como decimos en España es la pescadilla que se muerde la cola.



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