Nuestro homenaje a Vicky Harrison, la joven que puso fin a su vida
al ser rechazada en 200 solicitudes de empleo toca a su fin. En este último
capitulo abordamos la discriminación laboral desde todos los ángulos. VOTA EN LA ENCUESTA DE AL LADO.
En una sola persona pueden encontrarse cuatro variantes de la
discriminación: mujer, discapacitada, maltratada y sin formación. En 2008 una
vecina de un pequeño pueblo de Madrid llevaba dos meses en paro cuando recibió
una carta: optaba a un puesto de barrendera en el Ayuntamiento, con un sueldo
de 1.400 euros brutos mensuales. "Acepté, y dijeron que en un par de días
tendría el contrato. A los dos días llamaron de la alcaldía: que no tenía el
puesto", relató la perjudicada a El País. En la sala de plenos, el edil de
obras, contratación y servicios, J. M. F., defendió que la elección de T. se
trataba de una "imposición" del INEM (hoy Agencia Estatal de Empleo)
que él no aceptaba y que seleccionaría "a quien considerase adecuado",
según relataron varios asistentes. Desde el País intentaron, sin éxito, recabar
en numerosas ocasiones la versión del Ayuntamiento.
Hugo Gañán, de 35
años y licenciado en Periodismo, fue despedido como director creativo en una
importante agencia de publicidad en la que llevaba ocho años trabajando. Desde
entonces, la mitad de sus ex compañeros también han sido obligados a rescindir
sus contratos. "Me despidieron el 3 de julio de 2008 por despido
improcedente", explicó Gañán al online Expansión.com. "Al menos en mi
caso, la crisis económica fue la excusa. En realidad hubo un cambio en la
dirección de la empresa y el nuevo equipo decidió prescindir de los que ya
trabajábamos allí para poner gente de su confianza".
"Española
con muchas ganas de trabajar y muy responsable se ofrece para plancha, limpieza, cuidado de mayores,
por horas o por jornada". Ése es el mensaje que lanzaba cada mañana
Manuela López, madrileña de 56 años, en paro. Paradojas de la vida, esta madrileña afirma sentirse "discriminada por ser española"
y se queja de que en algunos sectores no se tiene en cuenta a la mano de obra
autóctona. "Es prácticamente imposible encontrar trabajo, aunque sea de
limpiadora. Es un campo que ya está repleto por toda la gente que ha venido de
fuera. A los españoles que tenemos más
de 50 años no se nos tiene en cuenta y se nos dice: ¡a la
cola!", se quejaba con amargura al diario El Mundo en la primavera del
pasado año.
"La
discriminación por orientación sexual, género, color o discapacidad cuenta con
un alto grado de concienciación social. Los expertos alertan, sin embargo, de
la existencia de otro tipo de discriminación igualmente execrable, pero más
invisible que los anteriores: la que atañe a la edad. En este campo, dicen,
todavía no hay suficiente sensibilización. Una generación de trabajadores en
sus 30 y 40 años llegó más bien tarde al mercado laboral, pero hoy se
encuentran un techo temprano. Representan las contradicciones de un país con
alta esperanza de vida, más necesidad de fuerza laboral que financie las
pensiones del futuro y una escasa perspectiva laboral, apuntalada formalmente
por convocatorias que les excluyen. La discriminación por edad es un concepto
que sociólogos y juristas empiezan a manejar con soltura", advertía Jesús García
en el artículo 'Demasiado viejos a los 35', publicado en El País en el verano de
2009.
En
dicho reportaje se mencionaba La discriminación por razón de edad en el
acceso al empleo público en España. Se trata de un documento interesado
-sus autores son contrarios a la imposición de límites de edad-, pero ofrece
gran cantidad de argumentos. Según el texto, los límites de edad excluyen a
personas "de gran valía profesional". La razón es que una persona
necesita tiempo para formarse, y cuando se incorpora al mercado de trabajo
encuentra cerradas algunas puertas. Según el estudio, la función del policía y
del bombero es "cada vez más tecnológica y requiere menos fuerza
física" y, además, es falso que el máximo rendimiento se alcance antes de
los 30. Y cita casos de deportistas que, superada esa barrera, alcanzaron altas
cotas. La tenista Martina Navratilova, por ejemplo, ganó el US Open en 2006 a falta de un mes para
cumplir los 50. Una
vez superada la frontera de los 45, precisamente, el trabajador puede encontrar
varios escenarios: o ya no se le
considera tan válido como antes, o sucumbe
ante el empuje de los más jóvenes, o resulta
más caro de mantener y, por tanto, la empresa tiende a deshacerse de él.
¿Y qué decir de los
jóvenes? Estoy
"en tierra de nadie", desactualizada, sin experiencia efectiva que
cuente a efectos de cotización, colgada. Lo único que tengo son mis ganas de
trabajar Tengo 30 años
recién cumplidos. Terminé mi licenciatura en Filología Inglesa en 2003. Siete
años más tarde, sigo sin trabajo y con un panorama mucho más negro que
cualquier joven mileurista (¡ojalá yo lo fuera!). Mi elección de carrera fue
claramente vocacional. Por aquel entonces, se nos vendía la moto de que
"las letras" también tenían salida, y yo fuí una más de las que piqué…(otro testimonio de la desesperanza publicado en El País).
Desde Argentina Juan José Nuñez, representante técnico en CIAR, subraya
como la discriminación es un "Efecto
Colateral Negativo". Y lo explica así: “lo que según mi percepción es
la raíz de esa manifestación, es que es la misma crisis la que aumenta con la
crisis: La población está en aumento constante; el sistema educativo están
rebasado y desactualizado; las organizaciones incorporan tecnología para
reducir costos (y mano de obra) pero rehúsan capacitar personal porque
"nada les asegura que ese personal capacitado permanezca en la
posición" (claro, los empleados no se "quedan" porque son malos
y nada tiene que ver la impericia de la organización en cuanto a la gestión de
talentos y RRHHs en general...)
Como argumenta Juan José para operar tecnología, SE
NECESITA personal capacitado. Además, se deshacen de su personal "con
experiencia" para reemplazarlo con personal "por estrenar" (por
el costo en sueldo y aportes), pero ese nuevo miembro ya debe venir
completamente formado y con un mínimo de experiencia en la posición (algo muy
difícil de conseguir en esta parte del universo). En esta tesitura vaticina e
ironiza este técnico argentino: si
trazamos una línea de tendencia llegaremos a que dentro de 15 años los bebés
deberán nacer ya con los conocimientos y competencias requeridas para realizar
trabajos específicos de acuerdo al mercado... De esta forma se excluye (discrimina) a mucha gente,
y se torna cada vez más restrictivo por el incremento en tecnología
"salvadora de costos", y a la vez la población no deja de aumentar y
por ende colapsar al sistema educativo, que no alcanza a actualizarse, pero las
organizaciones no quieren invertir en capacitar ni en retener o actualizar a
elementos con experiencia; entonces la solución es emplear más tecnología, pero
la tecnología necesita operadores capacitados acordes a la complejidad de la
misma, y así sigue.
Como decimos en España es la pescadilla que se
muerde la cola.
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