Mañana, 18 de julio, un juez de Estados Unidos decide si encausa o no a DSK, presunto depredador al que sus amigos influyentes tratan de convertir en un ángel. Menos mal que un Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, conocedor de la cultura de la humillación, ya le ha condenado moralmente.
En el momento de su detención en Nueva York (denunciado por agresión sexual por una camarera de hotel), Dominique era Director Gerente
del Fondo Monetario Internacional (FMI), se postulaba como candidato por los
socialistas a la presidencia de Francia; y un dato nada baladí: su mujer, Anne
Sinclair, es una de las mujeres más ricas de Francia y pertenece al poderoso
lobby judío. La foto del pez gordo con grilletes, cabizbajo y custodiado por
policías norteamericanos en el juzgado dio la vuelta al mundo. Cuando
Dominique Strauss-Khan llegó al juzgado más de un centenar de camareras, en su mayoría
negras, le increparon. Dominique dimitió (o fue obligado a dimitir) como
director del FMI, por eso de la mala reputación. Fue como reconocerse culpable. Un error tan grave necesitaba de una monumental contraofensiva. El objetivo era convertir a la denunciante en un ser mezquino y miserable sin
capacidad para acusar al honorable DSK.
Había que darle la vuelta a la opinión
pública. Convertir al presunto depredador en un ángel. Había que contrarrestar
el peso de la balanza claramente desfavorable a Dominique y favorable a una
chica negra, natural de Guinea. Mes y medio después de su detención otro
Dominique posaba sonriente con su mujer a las puertas del juzgado. Las dudas del caso (presuntas incoherencias
en la declaración de la víctima) lo dejaron en libertad, pero el juez mantiene
los cargos en su contra. La denunciante parecía perder credibilidad por su turbio pasado aireado sin compasión por
los medios de comunicación. Hasta el fiscal acusador era cuestionado y se decía
que retiraría los cargos, lo que no ha sucedido. Pocos medios mantenían la
tesis de que un intento de violación o agresión sexual no deja de serlo porque
la víctima no sea todo lo honorable que la sociedad desea. Al ingenuo de
Dominique le tendieron una trampa escribieron algunos periodistas.
La ofensiva arreció ante la movilización de las mujeres francesas contra
el presunto culpable Dominique Strauss-Khan, y la aparición de otros testimonios
de presuntos abusos en su contra hasta ahora silenciados. La maquinaria se puso
en marcha. ¿Quién mejor que una mujer para defender a DSK? ¿Será perdonado Strauss-Kahn? Nicole Muchnik, pintora y escritora publicada en lugar destacado en
los grandes diarios europeos (en España El País). “Todo lo que parecía cierto se vuelve falso, el culpable lo es menos,
la víctima ha perdido inocencia”. Otro judío, filósofo y enfant terrible del 68, Bernard Henry
Lévy salió al menos un par de veces en defensa de Strauss-Kahn. “Lecciones del
falso Strauss-Kahn”, el titular en El País de su última tribuna no podía ser más claro. Al igual que Nicole Muchnik tres días antes, Lévy denunciaba
el circo mediático montado en Estados Unidos como si esto fuera excusa para
borrar el presunto delito sexual. Menos mal que hoy dejó al desnudo a los cómplices de DSK un valiente Vargas Llosa, que reside en París, en donde el depredador es venerado por la mitad de la población.
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