En la década de los setenta fue cuando más fenómenos sobrenaturales se
registraron en España. El país vivía una situación convulsa: se alejaba de la
dictadura en una transición hacia la democracia muy complicada.
- J.J. hay una nueva llamada para
ti. Una señora dice haber visto un OVNI en el Monte Serantes. Estaba cosiendo
en su casa y al mirar por la ventana vio un destello circular...
En la redacción de La
Gaceta del Norte de Bilbao sonreíamos cuando entraban estas
llamadas. J.J. Benítez aferraba el teléfono mirándonos como si no le llegaramos a la
suela de los zapatos. Fue el primer periodista/estrella.
- ¿Dígame? ¿Dígame?- apremiaba J.J. al
auricular como si el teléfono le ardiera en las manos-. Se ha cortado la comunicación. Si llaman otra vez, aguantar bien la
llamada.
J.J. volvía a su máquina de
escribir. El Monte Serantes, enclavado en Vizcaya, no tardaría en convertirse en
cita obligada de quienes buscaban ávidamente contactar con los extraterrestes.
J.J. tecleaba esta vez en su máquina de escribir un artículo que sería el reportaje central de la portada
del periódico del día siguiente. Estábamos en 1974 y había regresado de un viaje a Perú para dar noticia
a los lectores de La Gaceta
del Norte de las andanzas de los miembros del Instituto Peruano de Relaciones
Interplanetarias (IPRI), un grupo de fanáticos
que decía mantener contacto con seres extraterrestres. Benítez después de ver
dos naves de Ganímedes ,en pleno desierto peruano, confesó a los lectores del
periódico bilbaíno como «un profundo miedo y una profunda alegría y una profunda
angustia llenaron todo mi ser». (SOS a la humanidad. La insólita experiencia de un periodista español en
Perú. Benítez, Juan José [1975]: Editorial Plaza & Janés se convirtió en un
best-seller).
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