En este país hay una cultura muy arraigada de la propiedad y, a veces, se paga con la vida. En época de voraces incendios o volcanes de lava como en La Palma, se evacua de urgencia a la población. Esta Dana era tan mortífera, días antes se había anunciado su extrema peligrosidad por la AEMET, que lo lógico es que las autoridades de la Generalitat Valenciana hubieran evacuado a las poblaciones que los mapas satelitales señalaban como las más perjudicadas. No se hizo y muchos ciudadanos, arraigados en esta histeria de lo mío es mío, tampoco se marcharon. El resultado es trágicamente el que vamos conociendo.
El cambio climático aumentó la precipitaciones en España un 12% Un primer análisis parcial,
realizado el jueves por la red World Weather
Attribution -un grupo de científicos internacionales que
estudian el papel del cambio climático en los fenómenos meteorológicos
extremos- estima actualmente que el cambio climático provocado por el
hombre ha aumentado las precipitaciones en España en aproximadamente
un 12% y se ha duplicado. Es una de las causas de que se produzca una
tormenta tan intensa como el diluvio ocurrido en Valencia. De hecho, por cada
grado adicional de calentamiento, la atmósfera puede contener un 7% más de
vapor de agua, que eventualmente se convierte en precipitación.
Reducir la vulnerabilidad y la exposición es lo más importante para
salvar vidas en caso de fenómenos meteorológicos peligrosos. Las alertas
tempranas de fenómenos extremos que afectan a las personas en situación de
riesgo y que van seguidas de mecanismos de acción temprana (evacuación,
apertura de centros, etc.) suelen marcar la diferencia entre la vida y la
muerte.
Ante los desastres naturales hay que inculcar al ciudadano a priorizar:
pierde tu casa, tu coche…pero no pierdas la vida.
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